Juan Manuel Sequeira
Concejal Socialista
En el FPV
Es llamativo, digno de análisis, cómo diez años de gestión, de mayorías automáticas y de utilizar al Concejo Deliberante como mera escribanía, pueden desdibujar la realidad para quienes conducen los destinos de nuestra ciudad.
Resulta que ahora, los concejales que trabajamos arduamente por cumplir con las demandas y expectativas de los ciudadanos que nos eligieron - sabiendo que no somos del partido del gobierno- y esperan que brindemos propuestas superadoras, que podamos indicar que es lo que no se está haciendo bien, que llevemos la voz de sectores que no se sienten representados en las decisiones que se toman, que en definitiva hacemos algo básico, trabajar, somos demagógicos.
Como ocultar información a la ciudadanía es el modus operandi de una gestión local que está en piloto automático (mientras sea monje, tocaré la campana, diría mi abuelo), mi posición es la de contar a la ciudadanía que cuando surgieron problemas entre los jóvenes y los patovicas, que no invento yo, existen en las puertas y dentro de los boliches de nuestra ciudad, lo saben jóvenes, padres y vecinos, propusimos adecuarnos a una ley nacional y crear un registro. Porque entiendo que la Justicia y la policía tienen que actuar cuando se consumó un acto delictivo o hay sospechas de eso. Pero el poder político, es otra cosa, debe prevenir, debe garantizar marcos regulatorios que hagan de esta una ciudad previsible. Y más, cuando se trata de contratar empleados para que cuiden a nuestros hijos en lugares donde el nivel de exposición es muy alto.
Propusimos crear un registro de patovicas y ocuparnos de la nocturnidad y el oficialismo nos contestó que para eso hacía falta mucho dinero, logística y personal. Hasta ahí llega la discusión política para algunos, que ahora se indignan, porque comento de frente a la ciudadanía que cuando pudieron generar una herramienta – no sé si la mejor o la única, porque no dieron lugar a discutir-pero que serviría para regular una práctica que tiene que ver con la integridad de nuestros hijos, no lo hicieron.
Decía Salvador Allende: “Hay jóvenes viejos: son esos que creen que ser universitario, por ejemplo, es un privilegio extraordinario que les da rango social. Y si se reciben de arquitectos, no se preguntan cuántas viviendas faltan, o si son médicos no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles que no la pueden comprar y si son maestros no se inquietan en que haya también cientos que no pueden ingresar a las escuelas”. Y más ejemplos. Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, verá donde se ubica cada uno, para hacer de esta una ciudad mejor.
Concejal Socialista
En el FPV
Es llamativo, digno de análisis, cómo diez años de gestión, de mayorías automáticas y de utilizar al Concejo Deliberante como mera escribanía, pueden desdibujar la realidad para quienes conducen los destinos de nuestra ciudad.
Resulta que ahora, los concejales que trabajamos arduamente por cumplir con las demandas y expectativas de los ciudadanos que nos eligieron - sabiendo que no somos del partido del gobierno- y esperan que brindemos propuestas superadoras, que podamos indicar que es lo que no se está haciendo bien, que llevemos la voz de sectores que no se sienten representados en las decisiones que se toman, que en definitiva hacemos algo básico, trabajar, somos demagógicos.
Como ocultar información a la ciudadanía es el modus operandi de una gestión local que está en piloto automático (mientras sea monje, tocaré la campana, diría mi abuelo), mi posición es la de contar a la ciudadanía que cuando surgieron problemas entre los jóvenes y los patovicas, que no invento yo, existen en las puertas y dentro de los boliches de nuestra ciudad, lo saben jóvenes, padres y vecinos, propusimos adecuarnos a una ley nacional y crear un registro. Porque entiendo que la Justicia y la policía tienen que actuar cuando se consumó un acto delictivo o hay sospechas de eso. Pero el poder político, es otra cosa, debe prevenir, debe garantizar marcos regulatorios que hagan de esta una ciudad previsible. Y más, cuando se trata de contratar empleados para que cuiden a nuestros hijos en lugares donde el nivel de exposición es muy alto.
Propusimos crear un registro de patovicas y ocuparnos de la nocturnidad y el oficialismo nos contestó que para eso hacía falta mucho dinero, logística y personal. Hasta ahí llega la discusión política para algunos, que ahora se indignan, porque comento de frente a la ciudadanía que cuando pudieron generar una herramienta – no sé si la mejor o la única, porque no dieron lugar a discutir-pero que serviría para regular una práctica que tiene que ver con la integridad de nuestros hijos, no lo hicieron.
Decía Salvador Allende: “Hay jóvenes viejos: son esos que creen que ser universitario, por ejemplo, es un privilegio extraordinario que les da rango social. Y si se reciben de arquitectos, no se preguntan cuántas viviendas faltan, o si son médicos no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles que no la pueden comprar y si son maestros no se inquietan en que haya también cientos que no pueden ingresar a las escuelas”. Y más ejemplos. Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, verá donde se ubica cada uno, para hacer de esta una ciudad mejor.