Ayer se negó a declarar por los crímenes de las 2 mujeres. Creen que actuó en más hechos. Entre ellos está el de María Fernanda Repetto una estudiante que apareció estrangulada en su casa.
Luego de que cayera el mecánico acusado de haber matado a Sandra Colo (43) y a Paola Tome (38) en Junín, los investigadores desarchivaron al menos 32 expedientes para cotejarlos y estudiar si en alguno de estos casos pudo haber actuado el mismo atacante. Se trata de abusos sexuales y de asaltos donde las víctimas fueron mujeres de perfil similar al de las dos que resultaron asesinadas en agosto de 2012 y enero de este año.
“No todos esos hechos están impunes, algunos tienen condena. Pero tenemos que descartar aquellos que no los tengan y estudiarlos. Uno solo terminó en un homicidio”, le aseguró una fuente del caso a Clarín.
El matutino porteño publica hoy en un artículo firmado por el periodista Sergio Dima que el primero de los expedientes que desempolvó la fiscal –el único de los 32 que terminó en crimen– tiene 15 años. En septiembre de 1999, María Fernanda Repetto (estudiante de 24 años) fue estrangulada en su casa de Junín. Nadie fue detenido por el caso. Y ahora lo analizan en busca de coincidencias con los crímenes de Tomé y Colo.
Es que la investigación se encaminó gracias al cruce de expedientes. El viernes a la madrugada, luego del testimonio de una chica violada en junio de 2009 mientras trabajaba en una juguetería ubicada a menos de 100 metros del local de ropa en el que fue asesinada Paola Tomé, la fiscal Vanina Lisazo y la Policía de Junín salieron disparados en busca de Rubén Recalde (53), un mecánico con antecedentes por robo y violación.
El sospechoso había sido condenado en los ‘80 en Mendoza por un “robo y violación reiterada”. Y, en un juicio abreviado, en 2010 recibió una última pena a tres años y medio por el abuso de la juguetería. El 21 de junio de 2012, dos meses antes del crimen de Sandra Colo, había recuperado la libertad.
Ayer –ya con el cotejo de ADN que prueba que el mecánico es el autor de los homicidios de Colo y de Tomé – Recalde fue llevado ante la fiscal Lisazo para ser indagado. Pero se negó a declarar.
El cotejo comparativo del perfil genético de Recalde con los que se hallaron en la escena del crimen de Sandra y en el de Paola resultó concluyente. Pero hasta el jueves, los investigadores tenían en la mira a nueve sospechosos cuyos ADN iban a ser comparados el próximo 17 de febrero.
Uno de estos hombres había mentido. Ante la fiscal aseguró no conocer a Paola, aunque en la agenda del celular de la chica aparecía su número de teléfono. Junto a su nombre, la joven había agregado: “No Atender”. Los investigadores también tenían confirmado que este mismo sospechoso conocía a Sandra.
En la causa se investigó también –y se descartó– a un ex cuñado de Paola, un hombre que está preso en Campana, condenado por haber asesinado a los padres de su nueva pareja. Además consideraron a dos reclusos que están presos en una cárcel de Junín por homicidio y que el día en que mataron a Paola estaban con salidas laborales.
Pero todo dio un giro con el testimonio de la chica violada en la juguetería, que señaló a Rubén Recalde. El mecánico vivía junto a su hija, de 13 años. Trabajaba como chapista en un taller y, según se probó, el día en que mataron a Paola no fue a trabajar: le dijo a su empleador que tenía un trámite personal para hacer.
(Fuente: Diario Clarín)
Luego de que cayera el mecánico acusado de haber matado a Sandra Colo (43) y a Paola Tome (38) en Junín, los investigadores desarchivaron al menos 32 expedientes para cotejarlos y estudiar si en alguno de estos casos pudo haber actuado el mismo atacante. Se trata de abusos sexuales y de asaltos donde las víctimas fueron mujeres de perfil similar al de las dos que resultaron asesinadas en agosto de 2012 y enero de este año.
“No todos esos hechos están impunes, algunos tienen condena. Pero tenemos que descartar aquellos que no los tengan y estudiarlos. Uno solo terminó en un homicidio”, le aseguró una fuente del caso a Clarín.
El matutino porteño publica hoy en un artículo firmado por el periodista Sergio Dima que el primero de los expedientes que desempolvó la fiscal –el único de los 32 que terminó en crimen– tiene 15 años. En septiembre de 1999, María Fernanda Repetto (estudiante de 24 años) fue estrangulada en su casa de Junín. Nadie fue detenido por el caso. Y ahora lo analizan en busca de coincidencias con los crímenes de Tomé y Colo.
Es que la investigación se encaminó gracias al cruce de expedientes. El viernes a la madrugada, luego del testimonio de una chica violada en junio de 2009 mientras trabajaba en una juguetería ubicada a menos de 100 metros del local de ropa en el que fue asesinada Paola Tomé, la fiscal Vanina Lisazo y la Policía de Junín salieron disparados en busca de Rubén Recalde (53), un mecánico con antecedentes por robo y violación.
El sospechoso había sido condenado en los ‘80 en Mendoza por un “robo y violación reiterada”. Y, en un juicio abreviado, en 2010 recibió una última pena a tres años y medio por el abuso de la juguetería. El 21 de junio de 2012, dos meses antes del crimen de Sandra Colo, había recuperado la libertad.
Ayer –ya con el cotejo de ADN que prueba que el mecánico es el autor de los homicidios de Colo y de Tomé – Recalde fue llevado ante la fiscal Lisazo para ser indagado. Pero se negó a declarar.
El cotejo comparativo del perfil genético de Recalde con los que se hallaron en la escena del crimen de Sandra y en el de Paola resultó concluyente. Pero hasta el jueves, los investigadores tenían en la mira a nueve sospechosos cuyos ADN iban a ser comparados el próximo 17 de febrero.
Uno de estos hombres había mentido. Ante la fiscal aseguró no conocer a Paola, aunque en la agenda del celular de la chica aparecía su número de teléfono. Junto a su nombre, la joven había agregado: “No Atender”. Los investigadores también tenían confirmado que este mismo sospechoso conocía a Sandra.
En la causa se investigó también –y se descartó– a un ex cuñado de Paola, un hombre que está preso en Campana, condenado por haber asesinado a los padres de su nueva pareja. Además consideraron a dos reclusos que están presos en una cárcel de Junín por homicidio y que el día en que mataron a Paola estaban con salidas laborales.
Pero todo dio un giro con el testimonio de la chica violada en la juguetería, que señaló a Rubén Recalde. El mecánico vivía junto a su hija, de 13 años. Trabajaba como chapista en un taller y, según se probó, el día en que mataron a Paola no fue a trabajar: le dijo a su empleador que tenía un trámite personal para hacer.
(Fuente: Diario Clarín)