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Nota de opinión: Tránsito caótico: educamos todos

Por el Prof. José María Banfi



En general cuando se habla de educación o de la falta de ella la mayoría de la población tiende a dirigir la mirada solo hacia la escuela o las instituciones educativas. Pero la verdad es que, como en todas las instancias de nuestra vida, la escuela no es la única responsable de nuestra educación, más aun, diría que ni siquiera la primera responsable. Los hábitos y costumbres (a veces como “vicios adquiridos”) se adoptan muchas veces antes de llegar al primer grado de la primaria. Esto no significa simplificar ni quitar la importancia crucial que las instituciones educativas tienen en nuestras vidas, pero tengamos en cuenta que los alumnos pasan cuatro horas en las escuelas y veinte fuera de ella. La familia, los clubes, las instituciones intermedias, los medios de comunicación, etc. también tienen un papel importante en la educación del ciudadano: en otras palabras, Educamos todos.
Y algo parecido ocurre con la cuestión del tránsito en nuestra ciudad algo que se ha convertido en un gravísimo problema por la cantidad de muertos, heridos leves y graves y por los trastornos que ocasiona a innumerables convecinos.
Pero en estas líneas no se trata de buscar las “problemáticas” que han llevado a tal situación sino de aportar algunas “solucionáticas” (el neologismo no me pertenece).
Desde nuestra actuación en el H. Concejo Deliberante hemos impulsado distintas medidas para contribuir al ordenamiento del tránsito y hemos acompañado otras impulsadas por el Departamento Ejecutivo. La más importante de ellas, la creación de la Agencia de Seguridad Vial Municipal, una medida acertada en su momento pero que insistimos desde su misma creación que sería insuficiente si no iba acompañada, al mismo tiempo, de la ingeniería e infraestructura vial y las necesarias campañas de educación y concientización para peatones y conductores. Al mismo tiempo, le sugerimos al Director de la Agencia en numerosas oportunidades que los operativos debían ser acompañados por personal policial para garantizar la seguridad de los agentes pero también para involucrar a la fuerza en la tarea de control y prevención en el tránsito local. No puede ocurrir más que a la vista de la policía se cometan todo tipo de infracciones, hasta las más groseras y peligrosas como pasar semáforos en rojo.
Por todo esto y a manera de síntesis, creemos que parte de la solución al problema del tránsito en Junín se resume en tres propuestas:
1-Ingeniería e infraestructura vial: sendas peatonales, semáforos para peatones, señalización vertical y horizontal, moderadores de velocidad, etc.
2-Campañas sistemáticas y permanentes de concientización y educación vial para la prevención: en las escuelas, por medios de comunicación locales, en las instituciones, en las boletas de las tasas municipales.
3-Controles en la vía pública con presencia de personal policial de manera constante para la sanción de los infractores.
Y no debemos olvidarnos de una de las carencias más importantes que contribuye a agravar el problema: la falta de transporte público de pasajeros. Se hace urgente el tratamiento del proyecto que hemos presentado en el HCD
No hay que tener miedo a los costos políticos de estas medidas pues la reducción de accidentes y la posibilidad de salvar aunque más no sea una sola vida merece la pena cualquier esfuerzo.

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