La clasificación definitiva del TC en Junín, que fue para Leonel Pernía, estuvo interrumpida porque se levantó el pavimento en la curva 2; mejoras de urgencia
JUNÍN.- El automovilismo nacional se multiplica en categorías. Los equipos se reparten entre tantas ofertas que la actividad se despilfarra entre sus divisionales. En el ya instalado concepto que avala que ninguna categoría se pierde, todas se transforman y se suman, las pantallas televisivas se saturan con competencias que hasta al más fanático le cuesta entender de qué se trata. Y en esa vorágine por correr a toda costa, la actividad, muy fuerte y popular en el país, padece un problema que está enquistado y que el propio sistema no permite solucionarlo: el precario estado de los autódromos nacionales.
Y como siempre suele suceder, cada vez que los inconvenientes de infraestructura escénica los padece el Turismo Carretera, la caja de resonancia de su popularidad expone la falla en su máxima expresión. Tal como si fuera una de los promocionados films 3D de la industria cinematográfica, la tierra se abrió. Y el efecto, que no fue tal sino que en este caso fue real, se centró en la segunda curva del autódromo de Junín.
En este caso, el circuito Eusebio Marcilla (en homenaje al gran piloto local que se adjudicó el calificativo de "Caballero del Camino" al socorrer a Daniel Urrutia, copiloto de Fangio en la Buenos Aires-Caracas de 1948) no es un viejo trazado bonaerense. Al contrario, fue muy renombrada la inauguración en 2011. Pero desde ese entonces, el asfalto fue un problema. Algunos explican que las elevadas napas de agua, debido a la proximidad con la Laguna de Gómez, conspiran contra el pavimento.
Al margen de las explicaciones, el Turismo Carretera ayer modificó la pista debido a la rotura del asfalto en la segunda curva. "Hace más calor y se levanta la curva 2. Se está poniendo peligroso porque hay piedras en el camino. Me pegaron en la trompa y deberé chequear el radiador", alertó Norberto Fontana al culminar su tanda clasificatoria. En ese momento promediaba la prueba cronometrada y la luz de alarma se encendió. "No creo que se mejoren los tiempos. Se hace imposible pasar por ese lugar. Además, justo es la zona de radio de giro de la curva", comentó otro arrecifeño y ex campeón de TC, Agustín Canapino, piloto de Chevrolet.
JUNÍN.- El automovilismo nacional se multiplica en categorías. Los equipos se reparten entre tantas ofertas que la actividad se despilfarra entre sus divisionales. En el ya instalado concepto que avala que ninguna categoría se pierde, todas se transforman y se suman, las pantallas televisivas se saturan con competencias que hasta al más fanático le cuesta entender de qué se trata. Y en esa vorágine por correr a toda costa, la actividad, muy fuerte y popular en el país, padece un problema que está enquistado y que el propio sistema no permite solucionarlo: el precario estado de los autódromos nacionales.
Y como siempre suele suceder, cada vez que los inconvenientes de infraestructura escénica los padece el Turismo Carretera, la caja de resonancia de su popularidad expone la falla en su máxima expresión. Tal como si fuera una de los promocionados films 3D de la industria cinematográfica, la tierra se abrió. Y el efecto, que no fue tal sino que en este caso fue real, se centró en la segunda curva del autódromo de Junín.
En este caso, el circuito Eusebio Marcilla (en homenaje al gran piloto local que se adjudicó el calificativo de "Caballero del Camino" al socorrer a Daniel Urrutia, copiloto de Fangio en la Buenos Aires-Caracas de 1948) no es un viejo trazado bonaerense. Al contrario, fue muy renombrada la inauguración en 2011. Pero desde ese entonces, el asfalto fue un problema. Algunos explican que las elevadas napas de agua, debido a la proximidad con la Laguna de Gómez, conspiran contra el pavimento.
Al margen de las explicaciones, el Turismo Carretera ayer modificó la pista debido a la rotura del asfalto en la segunda curva. "Hace más calor y se levanta la curva 2. Se está poniendo peligroso porque hay piedras en el camino. Me pegaron en la trompa y deberé chequear el radiador", alertó Norberto Fontana al culminar su tanda clasificatoria. En ese momento promediaba la prueba cronometrada y la luz de alarma se encendió. "No creo que se mejoren los tiempos. Se hace imposible pasar por ese lugar. Además, justo es la zona de radio de giro de la curva", comentó otro arrecifeño y ex campeón de TC, Agustín Canapino, piloto de Chevrolet.