Hubo agresiones con arma blanca y actitudes intimidatorias de concurrentes hacia el personal de seguridad del lugar.
Es cada vez más preocupante lo que ocurre en la noche juninense donde la hechos de violencia suelen repetirse cada fin de semana. La madrugada de ayer, viernes, lamentablemente no fue la excepción ya que volvieron a ocurrir al menos dos episodios de extrema violencia en el local de Benito de Miguel al 900. Uno de ellos ocurrió en el sector donde estacionan las motos de quienes van al local y luego terminó varios metros mas lejos, donde un joven de 21 años de apellido Lencina recibió una herida de arma blanca por otra persona.
Lencina fue trasladado al Hospital con heridas leves pero a los pocas horas fue dado de alta.
El segundo hecho violento tuvo lugar a la hora de cierre del boliche donde una persona fue retirada del interior del mismo, pero se resistió extrayendo una cuchilla con la cual amenazó al personal de seguridad intentando ingresar nuevamente.
Al no poder hacerlo, se subió a su auto y emprendió a toda velocidad contra el frente del local, chocando las vallas de contención y las motos allí estacionadas, de acuerdo a lo indicado por el portal de noticias Junín24.com.
Al no poder ingresar, se retira regresando a los pocos minutos con un arma de fuego con el cual efectuó un disparo dándose a la fuga.
Violencia, una constante
En la madrugada del pasado sábado 5 de abril, una patota conformada por al menos 15 personas agredieron brutalmente a otro joven, Mariano Nievas, a la salida de “3 AM”. Días después fueron aprehendidas tres personas, dos menores y un mayor, involucrados en la golpiza.
Tras comprobarse que las lesiones sufridas por Nievas eran de carácter grave, la justicia inició una rápida investigación, que llevó, tras el pedido de la fiscal Vanina Lisazo y la orden librada por la jueza de garantías María Laura Durante, a la detención de esos tres individuos quienes quedaron a disposición del Fuero de Responsabilidad Juvenil, a cargo del doctor José Alvite Galante, ya que dos de los de ellos son menores.
El mismo Mariano Nievas constó a LA VERDAD que desconocía el motivo de la agresión que empezó en el interior del boliche.
“Me estaban esperando afuera, eran más de 15, no había nadie más que ellos”, contó Mariano a este diario. En ese momento el agresor arremetió nuevamente contra el joven, quien intentó defenderse pero a los pocos segundos la patota se metió en la pelea (que dejó de ser tal, para convertirse en un acto de barbarie).
Cuando lograron tirarlo al piso, comenzaron a patearlo en la cabeza, el cuerpo y las piernas. Una vez repuesto de la feroz paliza volvió a refugiarse al boliche y esperó que pase el tiempo. Estuvo casi dos horas en el lugar, con un poco de hielo en la cara, que le consiguió una amiga.
“En ese momento no tenía nada, solo el huevo del primer golpe en el ojo. Con dos amigos nos fuimos, y como sabíamos que me estaban buscando, decidimos ir todo por atrás”, dijo.
Cuando llegó a la esquina de Chile y Comandante Seguí, donde termina el paso bajo nivel, Mariano no resistió más. Los golpes habían empezado a mostrar sus rastros, la cara ya estaba morada y no podía respirar bien. “Ahí me desmayé y me desperté arriba de la ambulancia” que lo estaba llevando al Hospital Interzonal de Agudos, donde recibió las primeras curaciones y fue dado de alta a las pocas horas.
Investigan otro episodio
En tanto, el fin de semana anterior, un joven de 18 años, identificado como Iván Calderón, fue hallado en inmediaciones de Rivadavia y Lugones, gravemente herido. Personal policial, a cargo del fiscal Angel Quidiello, investiga si se trató de un accidente o si fue atacado por una patota en un nuevo hecho de violencia nocturna.
Cerca de él encontraron su moto aunque, según fuentes consultadas, no presentaba daños visibles de un posible accidente vial. Tras el llamado a emergencias, un móvil con efectivos de la Comisaría Segunda y una ambulancia de la empresa Intermed, arribaron al lugar. El joven presentaba múltiples fracturas en su cabeza.
De manera inmediata fue traslado al Hospital Interzonal de Agudos donde, tras estabilizarlo, fue operado de urgencia. El joven había pasado la noche junto a amigos y según lo que se pudo establecer con el correr de las horas, se estaba dirigiendo a su casa, ubicada en el barrio Almirante Brown. El fiscal no descarta ningún tipo de hipótesis.