Por una iniciativa de Juan Carr, creador de la Red Solidaria, en toda La Rural se rindió un tributo a Naira, la adolescente asesinada en Junín
Una mano abierta y levantada puede indicar un saludo o puede significar que una persona está dispuesta a involucrarse con la realidad , como sucedió ayer en la Feria del Libro .
La presentación del libro Hoy me comprometo. 100 acciones solidarias, de Juan Carr y Yanina Kinigsberg, editado por Catapulta y Mundo Invisible, no fue un acto común. Incluyó un aplauso sostenido de un minuto en toda la Feria para la familia de Naira Cofreces , la adolescente que murió tras recibir una golpiza en la puerta de su escuela , en Junín. Testimonió así, con calidez, que el compromiso propuesto por el libro es ya una experiencia concreta para muchos jóvenes.
Durante todo el encuentro, la familia de Naira estuvo conectada desde Junín. En pantalla gigante se proyectaba la imagen de Stefanía, la hermana de la estudiante asesinada. Al final, tras agradecer el aplauso, especie de abrazo virtual frente al dolor, Stefanía concluyó: "Para nosotros, que vemos que hay jóvenes que no saben lo que hacen, es bueno ver que hay jóvenes que están haciendo cosas como ésas. Muchas gracias".
Junto a los autores -el fundador de la Red Solidaria y la periodista especializada en temas ambientales- estuvieron en el panel Camila Speziale, militante de Greenpeace que estuvo presa en Rusia; Juan José Campanella, amigo de Carr desde la película Luna de Avellaneda; la periodista María O'Donnell; Joel dos Santos, un joven entrerriano que antes de viajar a África a visitar a sus padres lanzó una campaña en la Web para "llevar dos valijas de alpargatas a los niños africanos", y Candela Ortiguera, de 18 años, misionera con sus compañeras de colegio y de parroquia.
"Presentar un libro me da cosquillas, me emociona", dijo Carr antes de contar que en la obra se "juntan ideas" para responder a quienes siempre le preguntan qué se puede hacer. Con diseño ágil y colorido, se describen 100 propuestas de acciones solidarias sobre salud, educación, pobreza y ambiente y que se pueden desarrollar individualmente o en grupo, en la escuela, la oficina, la casa o la plaza del barrio.
Se informa sobre los problemas sociales y ambientales y se sugieren intervenciones como dibujar sonrisas a través de pequeños gestos, hablar con señas, celebrar el cumpleaños de chicos que no lo pueden festejar y consumir productos con el sello Comercio Justo, entre otras.
Speziale recordó que estuvo presa por defender ideales justos en los que sigue creyendo. Y destacó: "Se piensa que cambiar el mundo es algo utópico, pero hay cosas muy fáciles de hacer, como no usar plásticos o tener una huerta en la casa".
Joel dos Santos, que con la ayuda de Carr llevó seis valijas con alpargatas a niños de Angola, dijo que el libro le hizo acordar algo que alguna vez leyó: "Mucha gente chiquitita haciendo cosas chiquitas logrará cambiar el mundo". Ésa es la intención que mueve a Carr desde que, en 1995, fundó Red Solidaria.
"Cuando recibí el libro en mi casa, me pareció que era para niños, así que empecé a leérselo a mi hijo de siete años, y me fui emocionando porque me di cuenta de que son cosas que puedo hacer en mi casa, y si después lo hacen en la casa de al lado y después en otras, se puede ir cambiando algo", comentó Campanella.
Kinigsberg destacó que las 100 acciones solidarias surgieron de una lista de más de 200. "Todos encontrarán algo para hacer", sugirió.
Entre el público, en la sala José Henández, estuvieron Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa; el artista plástico Milo Lockett; el rabino Daniel Goldman, y el padre Javier Klajner, responsable de la Pastoral Juvenil del Arzobispado porteño..
Una mano abierta y levantada puede indicar un saludo o puede significar que una persona está dispuesta a involucrarse con la realidad , como sucedió ayer en la Feria del Libro .
La presentación del libro Hoy me comprometo. 100 acciones solidarias, de Juan Carr y Yanina Kinigsberg, editado por Catapulta y Mundo Invisible, no fue un acto común. Incluyó un aplauso sostenido de un minuto en toda la Feria para la familia de Naira Cofreces , la adolescente que murió tras recibir una golpiza en la puerta de su escuela , en Junín. Testimonió así, con calidez, que el compromiso propuesto por el libro es ya una experiencia concreta para muchos jóvenes.
Durante todo el encuentro, la familia de Naira estuvo conectada desde Junín. En pantalla gigante se proyectaba la imagen de Stefanía, la hermana de la estudiante asesinada. Al final, tras agradecer el aplauso, especie de abrazo virtual frente al dolor, Stefanía concluyó: "Para nosotros, que vemos que hay jóvenes que no saben lo que hacen, es bueno ver que hay jóvenes que están haciendo cosas como ésas. Muchas gracias".
Junto a los autores -el fundador de la Red Solidaria y la periodista especializada en temas ambientales- estuvieron en el panel Camila Speziale, militante de Greenpeace que estuvo presa en Rusia; Juan José Campanella, amigo de Carr desde la película Luna de Avellaneda; la periodista María O'Donnell; Joel dos Santos, un joven entrerriano que antes de viajar a África a visitar a sus padres lanzó una campaña en la Web para "llevar dos valijas de alpargatas a los niños africanos", y Candela Ortiguera, de 18 años, misionera con sus compañeras de colegio y de parroquia.
"Presentar un libro me da cosquillas, me emociona", dijo Carr antes de contar que en la obra se "juntan ideas" para responder a quienes siempre le preguntan qué se puede hacer. Con diseño ágil y colorido, se describen 100 propuestas de acciones solidarias sobre salud, educación, pobreza y ambiente y que se pueden desarrollar individualmente o en grupo, en la escuela, la oficina, la casa o la plaza del barrio.
Se informa sobre los problemas sociales y ambientales y se sugieren intervenciones como dibujar sonrisas a través de pequeños gestos, hablar con señas, celebrar el cumpleaños de chicos que no lo pueden festejar y consumir productos con el sello Comercio Justo, entre otras.
Speziale recordó que estuvo presa por defender ideales justos en los que sigue creyendo. Y destacó: "Se piensa que cambiar el mundo es algo utópico, pero hay cosas muy fáciles de hacer, como no usar plásticos o tener una huerta en la casa".
Joel dos Santos, que con la ayuda de Carr llevó seis valijas con alpargatas a niños de Angola, dijo que el libro le hizo acordar algo que alguna vez leyó: "Mucha gente chiquitita haciendo cosas chiquitas logrará cambiar el mundo". Ésa es la intención que mueve a Carr desde que, en 1995, fundó Red Solidaria.
"Cuando recibí el libro en mi casa, me pareció que era para niños, así que empecé a leérselo a mi hijo de siete años, y me fui emocionando porque me di cuenta de que son cosas que puedo hacer en mi casa, y si después lo hacen en la casa de al lado y después en otras, se puede ir cambiando algo", comentó Campanella.
Kinigsberg destacó que las 100 acciones solidarias surgieron de una lista de más de 200. "Todos encontrarán algo para hacer", sugirió.
Entre el público, en la sala José Henández, estuvieron Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa; el artista plástico Milo Lockett; el rabino Daniel Goldman, y el padre Javier Klajner, responsable de la Pastoral Juvenil del Arzobispado porteño..