El doctor Fernando Gabriel Genna, cardiólogo intervencionista explicó que la angioplastia “es la terapéutica de una obstrucción arterial en cualquier parte del cuerpo, inclusivo a nivel intracraneal. Antes se hace un estudio diagnóstico que se llama coronarografía o angiografía, cuando es el caso de estudio de las arterias del corazón”.
Tras el diagnóstico a través de un cateterismo, “por medio de una punción arterial, ingresa con un cateter hasta el origen de las arterias del corazón, se inyecta una sustancia contraste y se hace un luminograma, es decir, se ve la luz arterial. Cuando la obstrucción es mayor o igual al 70% de la luz del vaso, ya se piensa en un tratamiento como la angioplastia”.
“La angioplastia consiste en utilizar otro cateter más grueso, más una cuerda que atraviesa la lesión, como también se usa un balón. Una vez desinflado se ingresa el stent, una malla de cromo cobalto que aporta mejores resultados. El stent es complementario”, detalló el médico.
“Antes de que exista el stent -agregó- las angioplastias con balón tenían varias desventajas porque generalmente tenían una chance muy alta de que se volvieran a tapar las arterias, sobre todo por causas mecánicas como la retracción elástica, o que la arteria se dañe con el balón y no había manera de corregirlo. De allí surge el stent. Al ser una malla metálica que es impactada tiene un mejor resultado clínico porque evita la retracción elástica temprana y por eso hoy en día se trata, en la mayoría de los casos, colocar stents” para disminuir las complicaciones futuras.
Respecto a cómo debe llevar su vida el paciente tras esta intervención el doctor Genna dijo que “todo depende del cuadro clínico por el cual se realizó la angioplastia” y en este aspecto afirmó que “la realización de un cateterismo diagnóstico puede ser programada en el caso de pacientes estables a quienes algún estudio le dio mal o tiene un dolor de pecho desde hace rato, donde se justifica pedir un cateterismo para ver la anatomía coronaria y otro caso es el paciente agudo, quien consulta a la guardia de una institución y allí se decide hacer un cateterismo rápidamente. Esto se da ante un caso de angina inestable de alto riesgo (preinfarto) y cuando se lo hace a tiempo, tiene una muy buena evolución e incluso nunca más tener ningún problema, si cambia su estilo de vida o se actúa sobre los factores de riesgo”.
Otro motivo es el infarto agudo de miocardio y por eso es importante que “ante un dolor de pecho el paciente consulte temprano, no se deje estar”, aconsejó el profesional consultado.
Sobre los factores de riesgo, el doctor Genna ubicó a la edad, en los hombres mayores de 55 años y en las mujeres mayores a 65 años -aunque se está reviendo este concepto ya que al tener mayor protagonismo en la sociedad hay cada vez más mujeres jóvenes que padecer estos problema de salud- y a los aspectos genéticos (si en la familia hay antecedentes), en este caso es aconsejable la consulta temprana al médico.
Luego están lo factores de riesgo modificables como el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad, el stress, colesterol o triglicéridos elevados. A estos factores se los puede atacar y por eso es fundamental hacer diagnósticos del paciente que uno le realiza la angioplastia para poder efectuar investigaciones que aporten datos de la causa de la obstrucción arterial. También debe mencionarse a los pacientes de riesgo no convencionales, pero en este caso es mucho más raro encontrar casos de este tipo.
En más del 90% de los casos la intervención se hace con anestesia local, salvo en el caso de un paciente muy grave. El diagnóstico puede durar de 4 a 10 minutos y una angioplastia puede durar de 20 minutos a una hora y media, todo depende de la anatomia coronaria y de la complejidad del caso.
Cuando se le preguntó sobre si hay actividades que realiza un ser humano que predisponen más que otras a sufrir estos problemas, señaló que “todo va con la personalidad de cada uno, según mi opinión personal” aunque mencionó que hay profesiones y actividades como la política que puede generar mayor stress que con relación a una persona común.
Aconsejó que “actualmente, a partir de los 30, es necesario hacer un electrocardiograma, un ecocardiograma, una prueba de esfuerzo para conocer el estado de salud, más que nada si son deportista o se está sometido a mucha exposición”.
Tras el diagnóstico a través de un cateterismo, “por medio de una punción arterial, ingresa con un cateter hasta el origen de las arterias del corazón, se inyecta una sustancia contraste y se hace un luminograma, es decir, se ve la luz arterial. Cuando la obstrucción es mayor o igual al 70% de la luz del vaso, ya se piensa en un tratamiento como la angioplastia”.
“La angioplastia consiste en utilizar otro cateter más grueso, más una cuerda que atraviesa la lesión, como también se usa un balón. Una vez desinflado se ingresa el stent, una malla de cromo cobalto que aporta mejores resultados. El stent es complementario”, detalló el médico.
“Antes de que exista el stent -agregó- las angioplastias con balón tenían varias desventajas porque generalmente tenían una chance muy alta de que se volvieran a tapar las arterias, sobre todo por causas mecánicas como la retracción elástica, o que la arteria se dañe con el balón y no había manera de corregirlo. De allí surge el stent. Al ser una malla metálica que es impactada tiene un mejor resultado clínico porque evita la retracción elástica temprana y por eso hoy en día se trata, en la mayoría de los casos, colocar stents” para disminuir las complicaciones futuras.
Respecto a cómo debe llevar su vida el paciente tras esta intervención el doctor Genna dijo que “todo depende del cuadro clínico por el cual se realizó la angioplastia” y en este aspecto afirmó que “la realización de un cateterismo diagnóstico puede ser programada en el caso de pacientes estables a quienes algún estudio le dio mal o tiene un dolor de pecho desde hace rato, donde se justifica pedir un cateterismo para ver la anatomía coronaria y otro caso es el paciente agudo, quien consulta a la guardia de una institución y allí se decide hacer un cateterismo rápidamente. Esto se da ante un caso de angina inestable de alto riesgo (preinfarto) y cuando se lo hace a tiempo, tiene una muy buena evolución e incluso nunca más tener ningún problema, si cambia su estilo de vida o se actúa sobre los factores de riesgo”.
Otro motivo es el infarto agudo de miocardio y por eso es importante que “ante un dolor de pecho el paciente consulte temprano, no se deje estar”, aconsejó el profesional consultado.
Sobre los factores de riesgo, el doctor Genna ubicó a la edad, en los hombres mayores de 55 años y en las mujeres mayores a 65 años -aunque se está reviendo este concepto ya que al tener mayor protagonismo en la sociedad hay cada vez más mujeres jóvenes que padecer estos problema de salud- y a los aspectos genéticos (si en la familia hay antecedentes), en este caso es aconsejable la consulta temprana al médico.
Luego están lo factores de riesgo modificables como el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad, el stress, colesterol o triglicéridos elevados. A estos factores se los puede atacar y por eso es fundamental hacer diagnósticos del paciente que uno le realiza la angioplastia para poder efectuar investigaciones que aporten datos de la causa de la obstrucción arterial. También debe mencionarse a los pacientes de riesgo no convencionales, pero en este caso es mucho más raro encontrar casos de este tipo.
En más del 90% de los casos la intervención se hace con anestesia local, salvo en el caso de un paciente muy grave. El diagnóstico puede durar de 4 a 10 minutos y una angioplastia puede durar de 20 minutos a una hora y media, todo depende de la anatomia coronaria y de la complejidad del caso.
Cuando se le preguntó sobre si hay actividades que realiza un ser humano que predisponen más que otras a sufrir estos problemas, señaló que “todo va con la personalidad de cada uno, según mi opinión personal” aunque mencionó que hay profesiones y actividades como la política que puede generar mayor stress que con relación a una persona común.
Aconsejó que “actualmente, a partir de los 30, es necesario hacer un electrocardiograma, un ecocardiograma, una prueba de esfuerzo para conocer el estado de salud, más que nada si son deportista o se está sometido a mucha exposición”.