Tuvo a su cargo el cierre espectacular del domingo 2. Sus orígenes. La gira “Revolución Sueño Dorado”. La relación con la gente. “Mi pensamiento político lo expreso en las cosas en las que tengo que expresarlas como por ejemplo el momento de ir a votar”, afirmó.
Escribe Sofía Bartoli De Palma
Especial para LA VERDAD LINCOLN
Con una tranquilidad envidiable y una paz que se contagia, Abel Pintos arribó a la ciudad de Lincoln para presentar su show en el cierre de la noche del domingo 2 en el Carnaval Artesanal. Más de 50 mil personas aguardaban la presentación de Abel, oriundo de la localidad de Ingeniero White –Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Comenzó su carrera folklórica como solista a los 13 años, explicando con su disco que “Para cantar” ha nacido, llegando a los escenarios del país apadrinado por León Greco
A partir de su cuarto álbum comenzó a redactar las canciones que identifican parte de su historia, “estimo, entiendo, acepto y disfruto que mucha gente de muchas edades distintas y generaciones distintas, tengan la consideración, las ganas y la necesidad de venir a compartir conmigo las canciones que yo hago, y que esas canciones puedan identificar sus vidas como identificaron la mía”, contó Abel.
A Lincoln llegó con la gira “Revolución Sueño Dorado” el cual tiene una excelente combinación de esos dos discos que fueron los más vendidos en 2012, ganando el Gardel de Oro con Sueño Dorado. Respecto a la gira, Abel Pintos declaró: “Sueño dorado es un disco repaso 15 años de mi carrera, por lo tanto tiene canciones de todas las etapas en versiones nuevas. Y adelantamos también algunas canciones de “Abel”, para que el público que todavía no tiene el disco, pueda saber de qué se trata”. La gira es sumamente intensa, comenzó el 3 de enero y hasta fines de abril, Abel habrá hecho 50 conciertos que cerrarán el 3, 4, 10 y 11 de mayo en el Luna Park; se tomará un merecido descanso entre junio y julio y retomará los viajes y presentaciones con su nueva gira “Abel”.
Carnaval
Abel recuerda al carnaval como un momento de diversión, un día en el que se permitía jugar con agua y espuma, pero lejos de la fiesta de ritmos y disfraces como pudo apreciar en Lincoln y en otros lugares del norte del país.
“En la ciudad donde me crié no se hacían carnavales. En algún momento del verano medio que se armaba una de carnaval pero más como excusa, era el momento de poder comprar bombuchas y las madres nos compraban pomos de espuma, y nos daban un rato para jugar todo el día. Pero no se organizaban comparsas, espectáculos, y que hubiera un espíritu de carnaval”, recordó el solista folclórico más popular de los últimos tiempos.
Pero su relación con las fiestas populares es a través de lo que más ama: la música. “Cada vez que tengo la oportunidad de dar un concierto en algo que tiene relación con el carnaval como en esta oportunidad, o como es en la Chaya –La Rioja- en febrero, o en Jujuy en el enero tilcareño, lo disfruto mucho realmente desde el escenario haciéndome la ilusión de ser parte de ese carnaval. Y siendo parte con mi música, que después de todo es mi costado fundamental”, contó el cantante.
La incondicionalidad de quienes lo siguen a Abel, es una comunicación recíproca que Abel estima y encuentra su causa: “Creo que el motivo, si uno pudiera acercarse lo más posible al motivo del porqué estamos todos acá, creo que es la música. Yo soy un puente que, de alguna manera, desde algún lugar trae la música y la pone a disposición de todos. Es más la música que los artistas mismos, lo que nos termina comunicando. Es el idioma que elegimos, es el idioma con el que nos entendemos”.
Cable a tierra
Cuando Abel Pintos se presenta en el escenario o frente a los medios de comunicación se lo ve, a diferencia de otros artistas jóvenes, centrado y con una tranquilidad que asombra.
Según declaró encuentra un equilibrio entre la el reconocimiento popular y el vértigo que eso genera, en sus seres queridos: “Las personas que son de mi círculo más íntimo, están constantemente siendo mi cable a tierra de la forma que se puede, por teléfono y a veces acompañándome; el equipo de trabajo que tengo que disfruta de lo que hace y que no se vuelve loco con las cosas que suceden alrededor, no sufren del vértigo que vivimos en estos días”.
También la relación con la gente, con sus seguidores plantea un vínculo especial: “Gracias a dios, en los conciertos y en el trato que tenemos con el público, tanto de parte nuestra como de ellos, prevalece y tiene más protagonismo la euforia que la histeria. Son dos cosas realmente muy distintas, son igual de intensas, pero la euforia es un poco más cálida y más razonable que la histeria”. En este sentido, Abel se contenta porque entiende que esa euforia es una expresión de felicidad, “eso habla de una comunicación y de una simbiosis y con eso está todo recontra re mil bien. Puedo estar tranquilo”.
Cuando este vínculo con el público no es simbiótico, Abel encuentra la posibilidad del desorden: “Uno se puede poner nervioso si ve que las cosas no están ordenadas, pero no ordenadas en lo sistemático sino en lo emocional. Si nosotros sentimos una cosa, y el publico otra, es un desorden, no hay comunicación. Gracias a dios no es así. De hecho, siempre destacamos que cuando hay mucha gente en un lugar, esperando a que yo salga, normalmente durante el tiempo que esperan ven pasar a uno y gritan, y sin embargo cuando yo realmente aparezco, soy un tipo normalmente tranquilo, y de repente todo se tranquiliza. Porque también entienden que yo no estoy nervioso”. Esta situación sucede porque dentro de las aptitudes artísticas de Abel está el goce: “Disfruto mucho de lo que hago y por sobre todas las cosas soy muy feliz haciéndolo. Y eso también me da tranquilidad”
Debate político
Hace algunos días recorrió una foto de Abel Pintos por las redes sociales acompañadas de declaraciones de índole política en donde criticaba la falta de proyectos en la oposición.
Sin embargo, el solista aclaró que no realizó tales expresiones “porque mi pensamiento político lo expreso en las cosas en las que tengo que expresarlas como por ejemplo el momento de ir a votar. Luego no suelo dar muchas opiniones políticas, porque me parece que en Argentina falta todavía un poco de cultura del debate, creo que nos cuesta mucho todavía mantener una charla de debate político”, con lo dicho se refiere tanto a la “escena política, en la escena artística, en la escena social, y en la escena de barrio, de amigos. Nos está costando mucho todavía poder dejar sobre la mesa distintas opiniones por más radicales y diferentes que sean cada una, y no terminar discutiendo”.
Es así que Abel, prefiere abstenerse en dar opiniones sobre la política “hasta que pueda sentir que tenemos una cultura mayor para poder discutir, todos, a todos nos falta, a mi también me pasa, cuando aprendamos a encontrar las ideas desde el respeto y desde la integración me parece que va a ser un momento mucho más libre para poder expresar las ideas”.
Escribe Sofía Bartoli De Palma
Especial para LA VERDAD LINCOLN
Con una tranquilidad envidiable y una paz que se contagia, Abel Pintos arribó a la ciudad de Lincoln para presentar su show en el cierre de la noche del domingo 2 en el Carnaval Artesanal. Más de 50 mil personas aguardaban la presentación de Abel, oriundo de la localidad de Ingeniero White –Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Comenzó su carrera folklórica como solista a los 13 años, explicando con su disco que “Para cantar” ha nacido, llegando a los escenarios del país apadrinado por León Greco
A partir de su cuarto álbum comenzó a redactar las canciones que identifican parte de su historia, “estimo, entiendo, acepto y disfruto que mucha gente de muchas edades distintas y generaciones distintas, tengan la consideración, las ganas y la necesidad de venir a compartir conmigo las canciones que yo hago, y que esas canciones puedan identificar sus vidas como identificaron la mía”, contó Abel.
A Lincoln llegó con la gira “Revolución Sueño Dorado” el cual tiene una excelente combinación de esos dos discos que fueron los más vendidos en 2012, ganando el Gardel de Oro con Sueño Dorado. Respecto a la gira, Abel Pintos declaró: “Sueño dorado es un disco repaso 15 años de mi carrera, por lo tanto tiene canciones de todas las etapas en versiones nuevas. Y adelantamos también algunas canciones de “Abel”, para que el público que todavía no tiene el disco, pueda saber de qué se trata”. La gira es sumamente intensa, comenzó el 3 de enero y hasta fines de abril, Abel habrá hecho 50 conciertos que cerrarán el 3, 4, 10 y 11 de mayo en el Luna Park; se tomará un merecido descanso entre junio y julio y retomará los viajes y presentaciones con su nueva gira “Abel”.
Carnaval
Abel recuerda al carnaval como un momento de diversión, un día en el que se permitía jugar con agua y espuma, pero lejos de la fiesta de ritmos y disfraces como pudo apreciar en Lincoln y en otros lugares del norte del país.
“En la ciudad donde me crié no se hacían carnavales. En algún momento del verano medio que se armaba una de carnaval pero más como excusa, era el momento de poder comprar bombuchas y las madres nos compraban pomos de espuma, y nos daban un rato para jugar todo el día. Pero no se organizaban comparsas, espectáculos, y que hubiera un espíritu de carnaval”, recordó el solista folclórico más popular de los últimos tiempos.
Pero su relación con las fiestas populares es a través de lo que más ama: la música. “Cada vez que tengo la oportunidad de dar un concierto en algo que tiene relación con el carnaval como en esta oportunidad, o como es en la Chaya –La Rioja- en febrero, o en Jujuy en el enero tilcareño, lo disfruto mucho realmente desde el escenario haciéndome la ilusión de ser parte de ese carnaval. Y siendo parte con mi música, que después de todo es mi costado fundamental”, contó el cantante.
La incondicionalidad de quienes lo siguen a Abel, es una comunicación recíproca que Abel estima y encuentra su causa: “Creo que el motivo, si uno pudiera acercarse lo más posible al motivo del porqué estamos todos acá, creo que es la música. Yo soy un puente que, de alguna manera, desde algún lugar trae la música y la pone a disposición de todos. Es más la música que los artistas mismos, lo que nos termina comunicando. Es el idioma que elegimos, es el idioma con el que nos entendemos”.
Cable a tierra
Cuando Abel Pintos se presenta en el escenario o frente a los medios de comunicación se lo ve, a diferencia de otros artistas jóvenes, centrado y con una tranquilidad que asombra.
Según declaró encuentra un equilibrio entre la el reconocimiento popular y el vértigo que eso genera, en sus seres queridos: “Las personas que son de mi círculo más íntimo, están constantemente siendo mi cable a tierra de la forma que se puede, por teléfono y a veces acompañándome; el equipo de trabajo que tengo que disfruta de lo que hace y que no se vuelve loco con las cosas que suceden alrededor, no sufren del vértigo que vivimos en estos días”.
También la relación con la gente, con sus seguidores plantea un vínculo especial: “Gracias a dios, en los conciertos y en el trato que tenemos con el público, tanto de parte nuestra como de ellos, prevalece y tiene más protagonismo la euforia que la histeria. Son dos cosas realmente muy distintas, son igual de intensas, pero la euforia es un poco más cálida y más razonable que la histeria”. En este sentido, Abel se contenta porque entiende que esa euforia es una expresión de felicidad, “eso habla de una comunicación y de una simbiosis y con eso está todo recontra re mil bien. Puedo estar tranquilo”.
Cuando este vínculo con el público no es simbiótico, Abel encuentra la posibilidad del desorden: “Uno se puede poner nervioso si ve que las cosas no están ordenadas, pero no ordenadas en lo sistemático sino en lo emocional. Si nosotros sentimos una cosa, y el publico otra, es un desorden, no hay comunicación. Gracias a dios no es así. De hecho, siempre destacamos que cuando hay mucha gente en un lugar, esperando a que yo salga, normalmente durante el tiempo que esperan ven pasar a uno y gritan, y sin embargo cuando yo realmente aparezco, soy un tipo normalmente tranquilo, y de repente todo se tranquiliza. Porque también entienden que yo no estoy nervioso”. Esta situación sucede porque dentro de las aptitudes artísticas de Abel está el goce: “Disfruto mucho de lo que hago y por sobre todas las cosas soy muy feliz haciéndolo. Y eso también me da tranquilidad”
Debate político
Hace algunos días recorrió una foto de Abel Pintos por las redes sociales acompañadas de declaraciones de índole política en donde criticaba la falta de proyectos en la oposición.
Sin embargo, el solista aclaró que no realizó tales expresiones “porque mi pensamiento político lo expreso en las cosas en las que tengo que expresarlas como por ejemplo el momento de ir a votar. Luego no suelo dar muchas opiniones políticas, porque me parece que en Argentina falta todavía un poco de cultura del debate, creo que nos cuesta mucho todavía mantener una charla de debate político”, con lo dicho se refiere tanto a la “escena política, en la escena artística, en la escena social, y en la escena de barrio, de amigos. Nos está costando mucho todavía poder dejar sobre la mesa distintas opiniones por más radicales y diferentes que sean cada una, y no terminar discutiendo”.
Es así que Abel, prefiere abstenerse en dar opiniones sobre la política “hasta que pueda sentir que tenemos una cultura mayor para poder discutir, todos, a todos nos falta, a mi también me pasa, cuando aprendamos a encontrar las ideas desde el respeto y desde la integración me parece que va a ser un momento mucho más libre para poder expresar las ideas”.