El Carnaval llegó a su fin. Cerró sus puertas para comenzar con la organización y confección de motivos que deslumbrarán el año entrante. Las fotos, son postales que quedaron de la fiesta que vivió Lincoln en estos últimos fines de semana.
La edición 2014 tuvo todos los condimentos, de los que gustan y de los que no. La lluvia, esa que todos quisieron alejar, tristemente coartó la posibilidad de continuar en dos noches. Pero, la fuerza del Carnaval se hizo notar en las siguientes jornadas.
La cantidad de público que visitó la ciudad durante los cuatro fines de semana, da cuenta de que cada vez más, Lincoln posiciona a su fiesta como un lugar turístico tenido en cuenta por ciudadanos del interior del país. Los motivos en cartapesta no dejaron de sorprender. Una tradición que lleva 86 años en la vida de los linqueños y que todavía persiste gracias a la magia que cada artesano le imprime a sus creaciones. Cada carroza, mini carroza, máscara suelta, cabezudos, tiene una impronta particular que identifica claramente a cada uno de los maestros de la cartapesta. Maestros en todo el sentido de la palabra porque son quienes dejan sus huellas en sus aprendices, quienes con mucho entusiasmo participan de las escuelas de artesanos, o simplemente se animan a espiarlos en sus galpones cuando se encuentran trabajando.
Y la mecánica tiene un atractivo particular. Desde la década del 60 y 70, cuando comenzaron a verse las primeras atracciones mecánicas desde que la familia Bernini y De Palma formaron La Troupe de Los Autos Locos, y la familia Topa formó la Mecánica Loca, otro condimento artesanal nació en Lincoln. En este caso la manualidad conlleva herramientas de mayor porte, quizá un poco más de “maña” para poder darle ese toque especial, ese truco alocado que hace que el público se entusiasme y sorprenda en cada salida. Desde los históricos hasta los que recién comienzan, estos artesanos de la mecánica le ponen un ritmo especial a la fiesta orgullo de los linqueños.
Comparsas, batucadas y escuelas de samba, no faltan para darle el ritmo esencial de la fiesta popular. Esos repiques que junto a las bailarinas y bailarines que confeccionan de manera artesanal sus trajes, hacen del Carnaval un desfile con todo el esplendor. Otra vez el trabajo manual, otra vez las manos de Lincoln dándole forma al Carnaval. Por eso es popular, porque el pueblo es quien lo realiza, desde las carrozas más sofisticadas y armoniosas hasta los disfraces más humildes. Todos son parte, y de allí el orgullo de pertenecer.
Shows
Y el Carnaval ya escribe otra historia. Porque más allá de su tradicional confección artesanal, la fiesta sumó desde 2003, espectáculos musicales de rango internacional. Al cierre de cada noche, un artista reconocido realiza un show como corolario de la fista mayor linqueña.
En esta edición 2014, El Chaqueño Palavecino derrochó talento folclórico sobre el escenario mayor montado en la Avenida Massey. Tan Biónica convocó a más de 30 mil personas, entre los que se destacó mayor presencia de jóvenes. Una banda de rock que está en su esplendor artístico. El cuarteto, marcó una diferencia respecto a los shows presentados, la fiesta a todo ritmo, baile, y diversión que se vivió el 26 de enero, fue impactante. Y como se ha anunciado, Abel Pintos batió récords en público presente. Un público que varió en edades y generaciones. Un show que transmitió la particular energía del joven folclorista argentino, que desplegó el repertorio parte de su gira “Revolución, Sueño dorado”.
El último fin de semana la fiesta fue a lo grande. Divididos deslumbró con un show a puro rock nacional, dejando en claro por qué son “La aplanadora del rock”. El domingo, la fiesta. Los carros con disfrazados, la nieve, y el papel picado fue la característica fundamental de una noche que se vivió a pleno festejo y diversión. Los fuegos artificiales sobre el Palacio Municipal deslumbraron a todos los presentes, un show lumínico impresionante. Los Caligaris cerraron la edición 2014 del Carnaval de Lincoln, con ritmo y fiesta cuartetera.
La edición 2014 tuvo todos los condimentos, de los que gustan y de los que no. La lluvia, esa que todos quisieron alejar, tristemente coartó la posibilidad de continuar en dos noches. Pero, la fuerza del Carnaval se hizo notar en las siguientes jornadas.
La cantidad de público que visitó la ciudad durante los cuatro fines de semana, da cuenta de que cada vez más, Lincoln posiciona a su fiesta como un lugar turístico tenido en cuenta por ciudadanos del interior del país. Los motivos en cartapesta no dejaron de sorprender. Una tradición que lleva 86 años en la vida de los linqueños y que todavía persiste gracias a la magia que cada artesano le imprime a sus creaciones. Cada carroza, mini carroza, máscara suelta, cabezudos, tiene una impronta particular que identifica claramente a cada uno de los maestros de la cartapesta. Maestros en todo el sentido de la palabra porque son quienes dejan sus huellas en sus aprendices, quienes con mucho entusiasmo participan de las escuelas de artesanos, o simplemente se animan a espiarlos en sus galpones cuando se encuentran trabajando.
Y la mecánica tiene un atractivo particular. Desde la década del 60 y 70, cuando comenzaron a verse las primeras atracciones mecánicas desde que la familia Bernini y De Palma formaron La Troupe de Los Autos Locos, y la familia Topa formó la Mecánica Loca, otro condimento artesanal nació en Lincoln. En este caso la manualidad conlleva herramientas de mayor porte, quizá un poco más de “maña” para poder darle ese toque especial, ese truco alocado que hace que el público se entusiasme y sorprenda en cada salida. Desde los históricos hasta los que recién comienzan, estos artesanos de la mecánica le ponen un ritmo especial a la fiesta orgullo de los linqueños.
Comparsas, batucadas y escuelas de samba, no faltan para darle el ritmo esencial de la fiesta popular. Esos repiques que junto a las bailarinas y bailarines que confeccionan de manera artesanal sus trajes, hacen del Carnaval un desfile con todo el esplendor. Otra vez el trabajo manual, otra vez las manos de Lincoln dándole forma al Carnaval. Por eso es popular, porque el pueblo es quien lo realiza, desde las carrozas más sofisticadas y armoniosas hasta los disfraces más humildes. Todos son parte, y de allí el orgullo de pertenecer.
Shows
Y el Carnaval ya escribe otra historia. Porque más allá de su tradicional confección artesanal, la fiesta sumó desde 2003, espectáculos musicales de rango internacional. Al cierre de cada noche, un artista reconocido realiza un show como corolario de la fista mayor linqueña.
En esta edición 2014, El Chaqueño Palavecino derrochó talento folclórico sobre el escenario mayor montado en la Avenida Massey. Tan Biónica convocó a más de 30 mil personas, entre los que se destacó mayor presencia de jóvenes. Una banda de rock que está en su esplendor artístico. El cuarteto, marcó una diferencia respecto a los shows presentados, la fiesta a todo ritmo, baile, y diversión que se vivió el 26 de enero, fue impactante. Y como se ha anunciado, Abel Pintos batió récords en público presente. Un público que varió en edades y generaciones. Un show que transmitió la particular energía del joven folclorista argentino, que desplegó el repertorio parte de su gira “Revolución, Sueño dorado”.
El último fin de semana la fiesta fue a lo grande. Divididos deslumbró con un show a puro rock nacional, dejando en claro por qué son “La aplanadora del rock”. El domingo, la fiesta. Los carros con disfrazados, la nieve, y el papel picado fue la característica fundamental de una noche que se vivió a pleno festejo y diversión. Los fuegos artificiales sobre el Palacio Municipal deslumbraron a todos los presentes, un show lumínico impresionante. Los Caligaris cerraron la edición 2014 del Carnaval de Lincoln, con ritmo y fiesta cuartetera.