Padre Giovanettone: “Ejercí la caridad sacerdotal, como lo hice con otros internos”, señaló en relación a la permanencia de Mercau en Junín
Con la presencia del Arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, el párroco de la iglesia San José dio explicaciones de su actitud ante los padres de alumnos del Colegio parroquial. “Yo tomé todos los recaudos para garantizar la integridad física de los niños. Jamás dejé que esta persona tuviera contacto con ninguno”, afirmó el párroco de San José.
Con la presencia del Arzobispo de Mercedes-Luján monseñor Agustín Radrizzani, el presbítero Roberto Giovanettone brindó explicaciones sobre la permanencia de José Mercau en la casa parroquial, a los padres de alumnos de todos los niveles del Colegio “San José” dependiente de la parroquia “San José” en el barrio “Pueblo Nuevo”.
El párroco de la iglesia “San José” comenzó diciendo que deseaba aclarar “cuestiones que tienen que ver con mi persona”, mencionando que además de cumplir funciones como párroco de la iglesia San José y representante legal del Colegio “San José”, y capellán de la unidad penitenciaria 16. “Cumplo en llevar la presencia de la Iglesia a los nuevos pobres de hoy, como los define el Papa Francisco. En esa tarea he conocido al famoso cura pedófilo que para mí era un interno más. Este cristiano –en referencia a Mercau- salió por agotamiento de pena, no por contactos políticos, judiciales o religiosos. Sí obtuvo la libertad fue por el beneficio del 2x1 que estuvo vigente hasta el año 2001, pero la causa es anterior a esa fecha y así lo entendió la defensa”.
“La idea de este individuo que recuperó la libertad es conseguir un monasterio donde poder internarse y vivir en paz, obtener el tratamiento que la Iglesia disponga, seguir lo que desde la misericordia de Dios le toque vivir. Nunca escondí que este sacerdote estuviera en la ciudad, nunca escondí a la parroquia sobre esta persona que estuvo nada más que tres días en la casa parroquial, no en el patio de la escuela. No dio misa ni confesó. Una sola vez celebra una misa una noche a las 9 y media, completamente solo, a puertas cerradas, incluso se negó a que un ministro lo acompañara porque no quería comprometer a nadie. Desde el 2 de junio, bien temprano, se fue de la ciudad”, señaló el sacerdote.
“No es la primera vez –agregó- que un interno me llama y me dice: “Roberto, necesito una mano, un lugar hasta que consiga estar”.
“Nadie me obligó a tenerlo”
“Todo el tiempo que estuvo en Junín jamás pisó la escuela. Ese individuo no está en Junín desde el 2 de junio”, insistió el padre Giovanettone y destacó a renglón seguido que “la Iglesia debe cumplir su tarea y he brindado lo que la caridad cristiana me reclama. He tomado todos los recaudos para proteger la seguridad de los alumnos. No voy a ser tan inconsciente como para exponerme. No pisó el patio de la escuela y no confesó a nadie porque la Iglesia le tiene prohibido el ejercicio público del ministerio”.
“Ejercí la caridad sacerdotal, como lo hice con otros internos” afirmó el sacerdote ante unas 150 personas que se congregaron en el templo de la iglesia “San José” en una reunión que comenzó a las 13 y se extendió por una hora y media.
Explicó también que el último lunes no estuvo porque desde que “soy párroco doy clases en un instituto terciario de Mercedes”, detalló el presbítero Giovanettone quien además señaló que “hay cosas que no son verdad. Jamás pedí públicamente que rezaran por el Padre José. No lo pedí. El Jueves Santo pedí que rezarán por todos los sacerdotes”.
“Con Dios como testigo puedo afirmar que en el patio de la escuela jamás estuvo este individuo. Jamás puse en riesgo la vida de nadie, menos de los niños”, insistió el párroco de la iglesia San José quien además expresó que “nadie me obligó a tenerlo”.
“No lo traje a la escuela para no generar un escándalo” dijo el sacerdote a lo cual un padre planteó que igualmente estaba muy cerca de la escuela y de los chicos.
Insistió que “hay gente de mi parroquia que sabe que no escondí la noticia, no lo tuve en secreto. Hay fieles que me ayudaron a ubicarlo en otro lugar. El está esperando la autorización para quedarse en un monasterio donde no tendrá contacto con nadie. Si hubo una imprudencia de mi parte fue abrirle la puerta, pero soy un sacerdote”.
Mons. Radrizzani: “El Padre Roberto nunca quiso que estuviera vinculado con la actividad educativa”
Por su parte, el Arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani señaló que “estos problemas son graves y ante todo tenemos que defender siempre a los niños, pero al mismo tiempo debo velar por conservar la caridad con un hermano y eso significa que yo lo hubiera tenido en mi casa pero lejos de todo” a la vez que expresó que “el Padre Roberto nunca quiso que estuviera vinculado con la actividad educativa”, aseguró.
Monseñor Radrizzani le dijo a los padres que “yo opino que el caso es grave. Debe ser sancionado por la Justicia civil. Una vez cumplida la pena tendré que ver dónde puede vivir y sino tendré que hacer un planteo ante la Cámara de Diputados y Senadores presentando un proyecto de ley para que estos casos o tengan cadena perpetua o se los recluya en un edificio especial para que vivan el restos de sus días. Esa ley no existe. Es un caso grave, debe ser condenado. No nos oponemos a lo que dice ni la ley civil ni la Iglesia: deben ser condenados”.
“Nos sentimos cuidados”
En un momento del encuentro en el templo parroquial tomó intervención una alumna del Colegio, que se identificó como, Melina, de 14 años quien expresó: “No vimos a nadie. Siempre me sentí cuidada. En ningún momento vi a este hombre. Nunca tuvimos miedo de nada, porque nos sentimos cuidados”.
Durante el encuentro se escucharon voces a favor y en contra de la actitud del párroco de San José y algunos de los asistentes le reprocharon el haber alojado en su casa a Mercau.
“No puse en riesgo la vida de ningún niño. Obré como sacerdote, preservé la escuela. Si en algo me equivoqué fue en abrir la puerta de la casa parroquial pero di la cara, no tengo nada de que escaparme” señaló el padre Giovanettone.
Con la presencia del Arzobispo de Mercedes-Luján monseñor Agustín Radrizzani, el presbítero Roberto Giovanettone brindó explicaciones sobre la permanencia de José Mercau en la casa parroquial, a los padres de alumnos de todos los niveles del Colegio “San José” dependiente de la parroquia “San José” en el barrio “Pueblo Nuevo”.
El párroco de la iglesia “San José” comenzó diciendo que deseaba aclarar “cuestiones que tienen que ver con mi persona”, mencionando que además de cumplir funciones como párroco de la iglesia San José y representante legal del Colegio “San José”, y capellán de la unidad penitenciaria 16. “Cumplo en llevar la presencia de la Iglesia a los nuevos pobres de hoy, como los define el Papa Francisco. En esa tarea he conocido al famoso cura pedófilo que para mí era un interno más. Este cristiano –en referencia a Mercau- salió por agotamiento de pena, no por contactos políticos, judiciales o religiosos. Sí obtuvo la libertad fue por el beneficio del 2x1 que estuvo vigente hasta el año 2001, pero la causa es anterior a esa fecha y así lo entendió la defensa”.
“La idea de este individuo que recuperó la libertad es conseguir un monasterio donde poder internarse y vivir en paz, obtener el tratamiento que la Iglesia disponga, seguir lo que desde la misericordia de Dios le toque vivir. Nunca escondí que este sacerdote estuviera en la ciudad, nunca escondí a la parroquia sobre esta persona que estuvo nada más que tres días en la casa parroquial, no en el patio de la escuela. No dio misa ni confesó. Una sola vez celebra una misa una noche a las 9 y media, completamente solo, a puertas cerradas, incluso se negó a que un ministro lo acompañara porque no quería comprometer a nadie. Desde el 2 de junio, bien temprano, se fue de la ciudad”, señaló el sacerdote.
“No es la primera vez –agregó- que un interno me llama y me dice: “Roberto, necesito una mano, un lugar hasta que consiga estar”.
“Nadie me obligó a tenerlo”
“Todo el tiempo que estuvo en Junín jamás pisó la escuela. Ese individuo no está en Junín desde el 2 de junio”, insistió el padre Giovanettone y destacó a renglón seguido que “la Iglesia debe cumplir su tarea y he brindado lo que la caridad cristiana me reclama. He tomado todos los recaudos para proteger la seguridad de los alumnos. No voy a ser tan inconsciente como para exponerme. No pisó el patio de la escuela y no confesó a nadie porque la Iglesia le tiene prohibido el ejercicio público del ministerio”.
“Ejercí la caridad sacerdotal, como lo hice con otros internos” afirmó el sacerdote ante unas 150 personas que se congregaron en el templo de la iglesia “San José” en una reunión que comenzó a las 13 y se extendió por una hora y media.
Explicó también que el último lunes no estuvo porque desde que “soy párroco doy clases en un instituto terciario de Mercedes”, detalló el presbítero Giovanettone quien además señaló que “hay cosas que no son verdad. Jamás pedí públicamente que rezaran por el Padre José. No lo pedí. El Jueves Santo pedí que rezarán por todos los sacerdotes”.
“Con Dios como testigo puedo afirmar que en el patio de la escuela jamás estuvo este individuo. Jamás puse en riesgo la vida de nadie, menos de los niños”, insistió el párroco de la iglesia San José quien además expresó que “nadie me obligó a tenerlo”.
“No lo traje a la escuela para no generar un escándalo” dijo el sacerdote a lo cual un padre planteó que igualmente estaba muy cerca de la escuela y de los chicos.
Insistió que “hay gente de mi parroquia que sabe que no escondí la noticia, no lo tuve en secreto. Hay fieles que me ayudaron a ubicarlo en otro lugar. El está esperando la autorización para quedarse en un monasterio donde no tendrá contacto con nadie. Si hubo una imprudencia de mi parte fue abrirle la puerta, pero soy un sacerdote”.
Mons. Radrizzani: “El Padre Roberto nunca quiso que estuviera vinculado con la actividad educativa”
Por su parte, el Arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani señaló que “estos problemas son graves y ante todo tenemos que defender siempre a los niños, pero al mismo tiempo debo velar por conservar la caridad con un hermano y eso significa que yo lo hubiera tenido en mi casa pero lejos de todo” a la vez que expresó que “el Padre Roberto nunca quiso que estuviera vinculado con la actividad educativa”, aseguró.
Monseñor Radrizzani le dijo a los padres que “yo opino que el caso es grave. Debe ser sancionado por la Justicia civil. Una vez cumplida la pena tendré que ver dónde puede vivir y sino tendré que hacer un planteo ante la Cámara de Diputados y Senadores presentando un proyecto de ley para que estos casos o tengan cadena perpetua o se los recluya en un edificio especial para que vivan el restos de sus días. Esa ley no existe. Es un caso grave, debe ser condenado. No nos oponemos a lo que dice ni la ley civil ni la Iglesia: deben ser condenados”.
“Nos sentimos cuidados”
En un momento del encuentro en el templo parroquial tomó intervención una alumna del Colegio, que se identificó como, Melina, de 14 años quien expresó: “No vimos a nadie. Siempre me sentí cuidada. En ningún momento vi a este hombre. Nunca tuvimos miedo de nada, porque nos sentimos cuidados”.
Durante el encuentro se escucharon voces a favor y en contra de la actitud del párroco de San José y algunos de los asistentes le reprocharon el haber alojado en su casa a Mercau.
“No puse en riesgo la vida de ningún niño. Obré como sacerdote, preservé la escuela. Si en algo me equivoqué fue en abrir la puerta de la casa parroquial pero di la cara, no tengo nada de que escaparme” señaló el padre Giovanettone.