Cavenaghi conoce la obligación de todo goleador y lo cuenta. Feliz después del 4-1 en Junín, ahora va por más en la Libertadores.
Si hace seis meses le sacaron “un hueso destrozado del pie derecho” por las infiltraciones y se operó para no quedar rengo el “día de mañana”, ahora es otro cantar -en todo sentido- para Fernando Cavenaghi.
Es verdad que se sintió campeón de la Sudamericana porque volvió para la etapa decisiva. Es cierto que se dio el gusto de llegar y pasar los 100 goles aquella tarde contra Banfield. Aunque es público y notorio que ahora sí se siente otra vez importante. “Hacía tiempo que no jugaba de titular. Físicamente estoy muy bien porque hice la pretemporada a la par de mis compañeros”, cuenta después de haber entrado 19 minutos en la ida por la Recopa con San Lorenzo y recordando aquel último partido del 2015 contra Quilmes, cuando jugó de entrada por primera vez después de pasar por el quirófano.
Y como no es lo mismo ser que estar, tampoco da igual un gol en un amistoso que en un duelo oficial. Es que la había metido en el verano contra Independiente, hasta que llegó el centro del Pity Martínez (“libera espacios, es rápido y encara, algo que les facilita todos a los delanteros”) y metió el cabezazo ante la desconcertante salida de Rigamonti. “Sentí alegría, me puse realmente contento”, dice con inocultable satisfacción. “Se me dio en el primer partido. En la Recopa había jugado un poquito, pero sabía que entrando bien como lo venía haciendo, las cosas se iban a dar”, agrega. “Estaba súper tranquilo, pero como delantero siempre quiero convertir y vivo del gol”, cierra el concepto por si quedan dudas.
Desde el 30 de noviembre, desde aquel doblete a Banfield, que no vivía sensaciones similares. Aquellos fueron fuertes desde lo anímico por ser los primeros luego de su regreso y por transformarse en el 100° y el 101° goles en River. Este también lo es para ratificar su condición de goleador y empezar a pelear un puesto en ataque con más argumentos. Un puesto que mantendrá en Bolivia, donde va con todas las pilas: “Hay que recuperarse y meterle”.
Y meter goles...
Si hace seis meses le sacaron “un hueso destrozado del pie derecho” por las infiltraciones y se operó para no quedar rengo el “día de mañana”, ahora es otro cantar -en todo sentido- para Fernando Cavenaghi.
Es verdad que se sintió campeón de la Sudamericana porque volvió para la etapa decisiva. Es cierto que se dio el gusto de llegar y pasar los 100 goles aquella tarde contra Banfield. Aunque es público y notorio que ahora sí se siente otra vez importante. “Hacía tiempo que no jugaba de titular. Físicamente estoy muy bien porque hice la pretemporada a la par de mis compañeros”, cuenta después de haber entrado 19 minutos en la ida por la Recopa con San Lorenzo y recordando aquel último partido del 2015 contra Quilmes, cuando jugó de entrada por primera vez después de pasar por el quirófano.
Y como no es lo mismo ser que estar, tampoco da igual un gol en un amistoso que en un duelo oficial. Es que la había metido en el verano contra Independiente, hasta que llegó el centro del Pity Martínez (“libera espacios, es rápido y encara, algo que les facilita todos a los delanteros”) y metió el cabezazo ante la desconcertante salida de Rigamonti. “Sentí alegría, me puse realmente contento”, dice con inocultable satisfacción. “Se me dio en el primer partido. En la Recopa había jugado un poquito, pero sabía que entrando bien como lo venía haciendo, las cosas se iban a dar”, agrega. “Estaba súper tranquilo, pero como delantero siempre quiero convertir y vivo del gol”, cierra el concepto por si quedan dudas.
Desde el 30 de noviembre, desde aquel doblete a Banfield, que no vivía sensaciones similares. Aquellos fueron fuertes desde lo anímico por ser los primeros luego de su regreso y por transformarse en el 100° y el 101° goles en River. Este también lo es para ratificar su condición de goleador y empezar a pelear un puesto en ataque con más argumentos. Un puesto que mantendrá en Bolivia, donde va con todas las pilas: “Hay que recuperarse y meterle”.
Y meter goles...