Crímenes de la Dictadura en Junín: Esterlich dijo que "La autoridad competente en todo momento era el Ejército"
La declaración fue hecha en el marco de la audiencia que se lleva a cabo por la actuación de la represión en nuestra ciudad. "Las fuerzas pasaron a depender operativamente de la fuerza militar" dijo Esterlich. Se negaron a declarar Gómez Pola, Bracken y Chiachietta.
Luego de que se negaran a declarar el ex militar Gómez Pola imputado de la detención, tortura y muerte de los juninenses Torreta, Mesa y Romié; Abel Bracken, imputado de coautor mientras era comisario en la Seccional Primera de aplicación de tormentos agravados de tres juninenses perseguidos políticos y en la muerte de Hugo Torreta, agravado por violaciones y amenazas y Aldo Chiachetta con los mismos cargos contra juninenses de acuerdo al encuadramiento penal, quien si accedió a declarar fue el ex policía Julio Angel Esterlich.
Esterlich comenzó su defensa haciendo un historial de su paso por la policía y dijo que avalado por decretos del Poder Ejecutivo se realizaban en nuestra ciudad operativos de interceptación en las rutas 7 y 188 ordenados directamente por el jefe del Regimiento militar a través de la Unidad Regional VIII y la policía colaboraba redactando planillas. "Los oficiales más jóvenes eramos los que concurríamos. Requisabamos los vehículos en la búsqueda de armamentos y explosivos. Finalizado el operativo las planillas se las llevaba el oficial a cargo que pertenecía al Ejército. La policía es una fuerza civil armada".
La Comisaría Primera usaba una Estanciera Ika que tenía un aparato de comunicación fija con la frecuencia de la Unidad Regional. "La comunicación la tenía el Ejército y manejaba la frecuencia de la Unidad Regional", relató.
Siguiendo con el relato, el ex policía describió cómo ingresan los detenidos a la Comisaría. "El responsable del ingreso a los calabozos es el oficial de servicio que tiene un aro ciego con todas las llaves", declaró.
Sobre el trato a los detenidos, Esterlich dijo que "continuamente recibían inspecciones ya sea de los jefes policiales como de los jueces. Declararon dos camaristas y uno admitió que tenían esa obligación y que se cumplían con las inspecciones. Cuando hablamos del ingreso de las 14 personas a la Comisaría, fue de conocimiento público porque ya había salido publicado en los diarios el comunicado del Grupo de Artillería. Refirió que el doctor Sainz, actual camarista, tomó conocimiento a primera hora de la detención. Hay jueces y un defensor oficial que concurrieron a la comisaría a informarse de la situación".
Expresó que la autoridad competente en todo momento era el Ejército. Sostuvo que en la comisaría no había agua caliente, solamente fría porque estaban en refacciones y construcciones. Con respecto a la comida, la misma era proveída por la alcaídia local. "No era responsabilidad de la comisaría por la calidad de los detenidos y de ninguna manera fue un centro clandestino de detención. Había tránsito permanente de público. No había nada oculto. Todo estaba en un edificio único. No había presos especiales", afirmó el ex polícia quien mencionó que entre los que concurrían a hacer denuncias, en una oportunidad fue el coronel Plou porque uno de sus hijos había sido mordido por un perro.
"En Junín no había lugares ocultos. No existieron grupos operativos ni tampoco nombres supuestos para los que trabajabamos en la comisaría. No participé de las detenciones, no recibí a los detenidos, no participé en los fichajes ni en la instrucción de la causa, nunca fuí responsable de la custodia, nunca ingresé a los calabozos. No era mi responsabilidad custodiarlos", expresó.
"Yo no fui detener a Silva a quien conocía y yo nunca supe que pudiera haber sido ni siquiera un delincuente común. Silva trata de ubicarme a mí anterior al ingreso de los detenidos a la comisaría. Rafecas dice que no se me imputa a mí por la privación ilegal de la libertad desde el inicio. Se me imputa por el no desconocimiento. Cuando llego a la comisaría me entero porque 14 detenidos no podían ingresar sin conocimiento público. Nadie niega eso ni funcionario público ni policial. Todos sabían que estaban detenidos. Todos hicieorn trámites pero siguieron detenidos porque estaban a disposición de autoridad competente", afirmó el policía quien dijo que desde diciembre de 1977 ya no estaba en la Comisaría Primera.
"Silva dice que en la Comisaría fue sometido a tormentos. Si la Policía no tenía investigación. El conocía a Aldo Silveira que era quien lo sacaba de los calabozos para después someterlo a tormentos. Silveira llegó trasladado a Junín desde el conurbano en el año 1979, 1980, mucho después. Cuando se agrega el legajo a la causa, se dan cuenta que ese policía no trabajaba en Junín, entonces pasa a mencionar otro nombre en cada declaración que hacía a medida que avanzaba la causa", señaló en la parte final de su declaración negándose a responder preguntas.
Luego de que se negaran a declarar el ex militar Gómez Pola imputado de la detención, tortura y muerte de los juninenses Torreta, Mesa y Romié; Abel Bracken, imputado de coautor mientras era comisario en la Seccional Primera de aplicación de tormentos agravados de tres juninenses perseguidos políticos y en la muerte de Hugo Torreta, agravado por violaciones y amenazas y Aldo Chiachetta con los mismos cargos contra juninenses de acuerdo al encuadramiento penal, quien si accedió a declarar fue el ex policía Julio Angel Esterlich.
Esterlich comenzó su defensa haciendo un historial de su paso por la policía y dijo que avalado por decretos del Poder Ejecutivo se realizaban en nuestra ciudad operativos de interceptación en las rutas 7 y 188 ordenados directamente por el jefe del Regimiento militar a través de la Unidad Regional VIII y la policía colaboraba redactando planillas. "Los oficiales más jóvenes eramos los que concurríamos. Requisabamos los vehículos en la búsqueda de armamentos y explosivos. Finalizado el operativo las planillas se las llevaba el oficial a cargo que pertenecía al Ejército. La policía es una fuerza civil armada".
La Comisaría Primera usaba una Estanciera Ika que tenía un aparato de comunicación fija con la frecuencia de la Unidad Regional. "La comunicación la tenía el Ejército y manejaba la frecuencia de la Unidad Regional", relató.
Siguiendo con el relato, el ex policía describió cómo ingresan los detenidos a la Comisaría. "El responsable del ingreso a los calabozos es el oficial de servicio que tiene un aro ciego con todas las llaves", declaró.
Sobre el trato a los detenidos, Esterlich dijo que "continuamente recibían inspecciones ya sea de los jefes policiales como de los jueces. Declararon dos camaristas y uno admitió que tenían esa obligación y que se cumplían con las inspecciones. Cuando hablamos del ingreso de las 14 personas a la Comisaría, fue de conocimiento público porque ya había salido publicado en los diarios el comunicado del Grupo de Artillería. Refirió que el doctor Sainz, actual camarista, tomó conocimiento a primera hora de la detención. Hay jueces y un defensor oficial que concurrieron a la comisaría a informarse de la situación".
Expresó que la autoridad competente en todo momento era el Ejército. Sostuvo que en la comisaría no había agua caliente, solamente fría porque estaban en refacciones y construcciones. Con respecto a la comida, la misma era proveída por la alcaídia local. "No era responsabilidad de la comisaría por la calidad de los detenidos y de ninguna manera fue un centro clandestino de detención. Había tránsito permanente de público. No había nada oculto. Todo estaba en un edificio único. No había presos especiales", afirmó el ex polícia quien mencionó que entre los que concurrían a hacer denuncias, en una oportunidad fue el coronel Plou porque uno de sus hijos había sido mordido por un perro.
"En Junín no había lugares ocultos. No existieron grupos operativos ni tampoco nombres supuestos para los que trabajabamos en la comisaría. No participé de las detenciones, no recibí a los detenidos, no participé en los fichajes ni en la instrucción de la causa, nunca fuí responsable de la custodia, nunca ingresé a los calabozos. No era mi responsabilidad custodiarlos", expresó.
"Yo no fui detener a Silva a quien conocía y yo nunca supe que pudiera haber sido ni siquiera un delincuente común. Silva trata de ubicarme a mí anterior al ingreso de los detenidos a la comisaría. Rafecas dice que no se me imputa a mí por la privación ilegal de la libertad desde el inicio. Se me imputa por el no desconocimiento. Cuando llego a la comisaría me entero porque 14 detenidos no podían ingresar sin conocimiento público. Nadie niega eso ni funcionario público ni policial. Todos sabían que estaban detenidos. Todos hicieorn trámites pero siguieron detenidos porque estaban a disposición de autoridad competente", afirmó el policía quien dijo que desde diciembre de 1977 ya no estaba en la Comisaría Primera.
"Silva dice que en la Comisaría fue sometido a tormentos. Si la Policía no tenía investigación. El conocía a Aldo Silveira que era quien lo sacaba de los calabozos para después someterlo a tormentos. Silveira llegó trasladado a Junín desde el conurbano en el año 1979, 1980, mucho después. Cuando se agrega el legajo a la causa, se dan cuenta que ese policía no trabajaba en Junín, entonces pasa a mencionar otro nombre en cada declaración que hacía a medida que avanzaba la causa", señaló en la parte final de su declaración negándose a responder preguntas.