Con buenas apariciones del Pity Martínez y los tantos de Sánchez, Cavenaghi y Teo, con doblete; ganó por 4-1 al recién ascendido, para el que descontó Cuevas.
Finalmente, el batacazo de Sarmiento se hizo esperar, los de Junín no pudieron con River, que, si bien no fue una máquina, los goleó 4-1. Con buenas apariciones del Pity Martínez y los tantos de Sánchez, Cavenaghi y Teo, con doblete; el recién ascendido sólo pudo descontar con Cuevas.
En el comienzo, el equipo de Gallardo no la pasó bien, pues Sarmiento imponía condiciones, presionaba bien arriba, lo hacía jugar su juego y le ensuciaba la salida por abajo. Es más, el partido se jugaba mucho más cerca de Barovero que de Rigamonti, aunque sin situaciones claras.
Pity Martínez fue el encargado de organizar, entre enganche y mediapunta, alternando con Teo, el ex Huracán fue clave para abrir el marcador. Enganchó en la entrada al área, se sacó de encima la marca y lo invitó a Sánchez a hacer el 1-0. El uruguayo, que está dulce, convirtió su tercer tanto consecutivo con un derechazo letal.
El gol destruyó a Sarmiento. La fiesta que habían armado las 12 mil personas que coparon el Eva Perón se terminó y de ahí los de Núñez fueron en ascenso: otra vez Pity, se la dejó a Cavenaghi que se encargó del gol con un cabezazo.
Pero en la segunda etapa Nicolás Sánchez, el 10 de Sarmiento, demostró lo suyo. Con un toque bárbaro filtró la defensa de River y dejó a Héctor Cuevas de cara al gol. El delantero definió a un costado del uno millonario, puso el 2-1 y le puso suspenso al trámite del partido.
Ya con Pisculichi en la cancha, el ex Argentinos empezó a manejar los hilos, Rojas metió un roscazo bárbaro desde la izquierda al corazón del área, Cavenaghi cabeceó contra un palo, Rigamonti alcanzó a sacarla pero llegó Teo y la mandó a guardar. El colombiano, que no gritaba un gol desde octubre, sentenció la historia. Ya con el partido roto, otra vez Teo, tras un buen pase de Mora, decoró el resultado.
Lo ganó bien River. Por jerarquía individual, por la calidad del Pity Martínez y porque sus figuras aparecieron cuando el equipo más las necesitaba. Quedamos a la espera del golpe de Sarmiento.
Finalmente, el batacazo de Sarmiento se hizo esperar, los de Junín no pudieron con River, que, si bien no fue una máquina, los goleó 4-1. Con buenas apariciones del Pity Martínez y los tantos de Sánchez, Cavenaghi y Teo, con doblete; el recién ascendido sólo pudo descontar con Cuevas.
En el comienzo, el equipo de Gallardo no la pasó bien, pues Sarmiento imponía condiciones, presionaba bien arriba, lo hacía jugar su juego y le ensuciaba la salida por abajo. Es más, el partido se jugaba mucho más cerca de Barovero que de Rigamonti, aunque sin situaciones claras.
Pity Martínez fue el encargado de organizar, entre enganche y mediapunta, alternando con Teo, el ex Huracán fue clave para abrir el marcador. Enganchó en la entrada al área, se sacó de encima la marca y lo invitó a Sánchez a hacer el 1-0. El uruguayo, que está dulce, convirtió su tercer tanto consecutivo con un derechazo letal.
El gol destruyó a Sarmiento. La fiesta que habían armado las 12 mil personas que coparon el Eva Perón se terminó y de ahí los de Núñez fueron en ascenso: otra vez Pity, se la dejó a Cavenaghi que se encargó del gol con un cabezazo.
Pero en la segunda etapa Nicolás Sánchez, el 10 de Sarmiento, demostró lo suyo. Con un toque bárbaro filtró la defensa de River y dejó a Héctor Cuevas de cara al gol. El delantero definió a un costado del uno millonario, puso el 2-1 y le puso suspenso al trámite del partido.
Ya con Pisculichi en la cancha, el ex Argentinos empezó a manejar los hilos, Rojas metió un roscazo bárbaro desde la izquierda al corazón del área, Cavenaghi cabeceó contra un palo, Rigamonti alcanzó a sacarla pero llegó Teo y la mandó a guardar. El colombiano, que no gritaba un gol desde octubre, sentenció la historia. Ya con el partido roto, otra vez Teo, tras un buen pase de Mora, decoró el resultado.
Lo ganó bien River. Por jerarquía individual, por la calidad del Pity Martínez y porque sus figuras aparecieron cuando el equipo más las necesitaba. Quedamos a la espera del golpe de Sarmiento.