Pasó en una casaquinta de Junín. Cuando el dueño no estaba en la casa, les llevaron una mesa con diez sillas, una desmalezadora, una tele, herramientas y como si fuera poco, la pileta de lona.
El hecho ocurrió en Camino al Balneario y la calle Los Algarrobos de la ciudad bonaerense. El propietario, Gabriel Albornoz, no estaba al momento del hecho.
Según medios juninenses, la ola de escruches no da tregua en Junín y a la tendencia delictiva sumó un nuevo caso en el que fue el fin de semana más caluroso del año con un viernes de 34°, un sábado de 32° y un domingo de 30°, en el que se robaron hasta la pileta.
En diálogo con los investigadores el diario local Democracia, informó que los delincuentes rompieron un alambrado perimetral y luego voltearon a golpes la puerta de ingreso a la casa, propiedad del profesor del Centro de Formación Profesional 401 de Junín, Gabriel Albornoz, que constató el hecho al regresar a su casa.
Los ladrones, que actuaron con total impunidad, se llevaron una mesa de algarrobo con diez sillas, un televisor, una desmalezadora y herramientas de mucho valor que el docente utilizaba para sus trabajos con los alumnos.
Pero el robo no terminó allí: se tomaron el tiempo para vaciar una pileta de lona tipo Pelopincho y llevársela. "¡Cómo puede ser! ¡Hay policías por todos lados y acá no anda ninguno!", se quejó la víctima.
El hecho ocurrió en Camino al Balneario y la calle Los Algarrobos de la ciudad bonaerense. El propietario, Gabriel Albornoz, no estaba al momento del hecho.
Según medios juninenses, la ola de escruches no da tregua en Junín y a la tendencia delictiva sumó un nuevo caso en el que fue el fin de semana más caluroso del año con un viernes de 34°, un sábado de 32° y un domingo de 30°, en el que se robaron hasta la pileta.
En diálogo con los investigadores el diario local Democracia, informó que los delincuentes rompieron un alambrado perimetral y luego voltearon a golpes la puerta de ingreso a la casa, propiedad del profesor del Centro de Formación Profesional 401 de Junín, Gabriel Albornoz, que constató el hecho al regresar a su casa.
Los ladrones, que actuaron con total impunidad, se llevaron una mesa de algarrobo con diez sillas, un televisor, una desmalezadora y herramientas de mucho valor que el docente utilizaba para sus trabajos con los alumnos.
Pero el robo no terminó allí: se tomaron el tiempo para vaciar una pileta de lona tipo Pelopincho y llevársela. "¡Cómo puede ser! ¡Hay policías por todos lados y acá no anda ninguno!", se quejó la víctima.