Por Emmanuel Corna
En este caso no voy a intervenir en cuestiones políticas ni sindicales porque seguramente hay detalles que no entiendo ni de un lado ni del otro, pero sí puedo desde mi humilde posiciónvalorar enormemente y expresar la alegría que me genera que después de tantos años las clasescomiencen en tiempo y forma.
Dejó de ser costumbre algo que nunca debió serlo, porque al fin yal cabo, por debajo de las tapas de los diarios o discusiones políticas lo que realmente se estaba negociando era la educación de niños, jóvenes y adultos, y no solo la educación como un conjunto de asignaturas, sino principalmente la educación de que existe el orden, de que todo puede estar en funcionamiento, demostrar que se están acomodando las instituciones que son muy importantes en una República, Perón decía “los hombres pasan, las instituciones quedan”,haciendo referencia a esto.
Ahora bien, no solo sirve destacar el esfuerzo que seguramente generó este acuerdo, tanto del Estado como el de los docentes, también como ciudadanos debemos exigir una buenaeducación permanente, pero no porque son nuestros hijos solamente, sino porque los maestrostienen en sus manos el futuro de nuestra Nación.
Exigir al Estado que proteja al docente con las herramientas y políticas que sean necesariaspara mantener la excelencia educativa que se fue perdiendo bajando las exigencias, ya que elmaestro es una pieza fundamental en la construcción de una sociedad crítica, coherente yconstructiva. Y a su vez, exigir al docente que asuma el rol de formador y de autoridad que se haido desgastando, que siempre tenga la predisposición de enseñar, que es dejar una huella,enseñar es, creo yo, uno de los actos más honorables, el maestro debe inspirar al alumno el deseo de aprender.
Hesíodo dijo “La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser”, y creo que ese es el desafío, sacar el máximo potencial de cada alumno.
Es cierto que los tiempos han cambiado, por eso dentro de estas exigencias también hayque incluir a la familia, otra clave importantísima dentro del pueblo, donde creo que también enmuchos casos deben cambiar ciertas actitudes y ser autocríticos respecto a la contención y enseñanza de los niños y jóvenes, hay valores que se deben enseñar en la casa, no en el aula.”
En este caso no voy a intervenir en cuestiones políticas ni sindicales porque seguramente hay detalles que no entiendo ni de un lado ni del otro, pero sí puedo desde mi humilde posiciónvalorar enormemente y expresar la alegría que me genera que después de tantos años las clasescomiencen en tiempo y forma.
Dejó de ser costumbre algo que nunca debió serlo, porque al fin yal cabo, por debajo de las tapas de los diarios o discusiones políticas lo que realmente se estaba negociando era la educación de niños, jóvenes y adultos, y no solo la educación como un conjunto de asignaturas, sino principalmente la educación de que existe el orden, de que todo puede estar en funcionamiento, demostrar que se están acomodando las instituciones que son muy importantes en una República, Perón decía “los hombres pasan, las instituciones quedan”,haciendo referencia a esto.
Ahora bien, no solo sirve destacar el esfuerzo que seguramente generó este acuerdo, tanto del Estado como el de los docentes, también como ciudadanos debemos exigir una buenaeducación permanente, pero no porque son nuestros hijos solamente, sino porque los maestrostienen en sus manos el futuro de nuestra Nación.
Exigir al Estado que proteja al docente con las herramientas y políticas que sean necesariaspara mantener la excelencia educativa que se fue perdiendo bajando las exigencias, ya que elmaestro es una pieza fundamental en la construcción de una sociedad crítica, coherente yconstructiva. Y a su vez, exigir al docente que asuma el rol de formador y de autoridad que se haido desgastando, que siempre tenga la predisposición de enseñar, que es dejar una huella,enseñar es, creo yo, uno de los actos más honorables, el maestro debe inspirar al alumno el deseo de aprender.
Hesíodo dijo “La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser”, y creo que ese es el desafío, sacar el máximo potencial de cada alumno.
Es cierto que los tiempos han cambiado, por eso dentro de estas exigencias también hayque incluir a la familia, otra clave importantísima dentro del pueblo, donde creo que también enmuchos casos deben cambiar ciertas actitudes y ser autocríticos respecto a la contención y enseñanza de los niños y jóvenes, hay valores que se deben enseñar en la casa, no en el aula.”