En el Salón de la Democracia Argentina se realizó la presentación del proyecto “Desarrollo de un sistema soporte de las decisiones frente a eventos extremos para la gestión de la Cuenca Alta del Río Salado de la Provincia de Buenos Aires”. La actividad estuvo presidida por el rector, Guillermo Tamarit y fue organizada por el Instituto de Política y Gobierno de la UNNOBA.
“Nos interesa plantear una visión y un modelo de gestión entre las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y el sector público”, dijo el . Además explicó la necesidad de pensar el conocimiento y la tecnología como herramientas para resolver cuestiones concretas: “Nos interesa entender que la tecnología no es un fin en sí mismo sino una herramienta para generar logros”.
Acompañó al rector en la presentación el intendente de la ciudad de Junín, Pablo Petrecca, quien resaltó: “Resulta muy interesante este proyecto en el cual empresas, universidades y sectores de la sociedad puedan, a través de la tecnología, prevenir a través de alertas frente a determinadas situaciones climáticas adversas”.
Del propósito participan además de la UNNOBA, la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), la empresa Bereco (dirección y coordinación) y la empresa Tecmes, Inteligencia Ambiental (en la aplicación de tecnología para el diseño e implementación de redes). Con todos estos actores se pretende “construir una alianza entre el conocimiento, la gestión privada y la sociedad”. El proyecto es financiado por el Ministerio de Ciencia y Técnica en el marco del programa FONARSEC FITS (Fondo Argentino Sectorial) Medio Ambiente y Cambio Climático.
Presentación del proyecto
Por parte de la empresa Bereco, Sabrina Couvin explicó el alcance del proyecto: “En este contexto de recurrentes eventos extremos que impactan en la calidad de vida de los habitantes, lo que buscamos es tanto modificar como mitigar esos impactos en la cuenca del salado”. “Las variaciones climáticas, las recurrentes inundaciones y las sequías generan tanto pérdidas productivas como daños ambientales y sociales. Se apunta entonces a crear mecanismos para monitorear y detectar tempranamente fenómenos extremos que puedan alertar a la población frente a situaciones climáticas críticas”, contó Couvin y aclaró que el proyecto desarrollará un sistema que pueda transformar progresivamente a la Cuenca Alta del Río Salado en un “Territorio Inteligente”, capaz de mejorar el bienestar de los habitantes de la zona.
Por la empresa TECME Remo Cobbem contó que están próximos a comenzar a definir los sectores que empezarán a analizar para diseñar la red hidrometereológica. “Nuestra participación en este proyecto consta en la construcción e implementación de una red hidrometereológica en el ámbito de la cuenca”, especificó.
En representación de la UNNOBA, Jerónimo Ainchil explicó el trabajo que realizó la Universidad hasta el momento y la tarea que tendrá en un futuro. “Entre todos tenemos que definir cuáles son las preguntas que queremos realizar en relación a la aplicación del proyecto. La UNNOBA será la encargada de coordinar este aspecto”, dijo Ainchil. Además enfatizó que este proyecto se plantea generar un sistema accesible que permita a la sociedad tomar decisiones "blandas", es decir, decisiones de todo tipo frente a situaciones adversas.
Características de la cuenca
La cuenca del Río Salado es una de las más extensas del país con 170.000 kilómetros, por lo que ocupa la mitad de la provincia de Buenos Aires. Además, es una de las más pobladas (1.300.000 personas) y productivas (la producción agropecuaria de la cuenca representa el 25% de la producción nacional). En ella las variaciones climáticas, caracterizadas por presentar en forma periódica y recurrente inundaciones y sequías, están generando cada vez con mayor frecuencia importantes pérdidas en los sistemas productivos (que se traducen en menos competitividad), así como daños ambientales y sociales que deterioran la calidad de vida de la población que habita en la cuenca (más vulnerabilidad).
Los recientes avances tecnológicos sumados a las bases sentadas por el Plan del Salado permiten pensar en una nueva forma de gestión de la cuenca a fin de contar con una herramienta tecnológica orientada a mitigar el riesgo asociado, disminuir la vulnerabilidad y aumentar la competitividad.
“Nos interesa plantear una visión y un modelo de gestión entre las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y el sector público”, dijo el . Además explicó la necesidad de pensar el conocimiento y la tecnología como herramientas para resolver cuestiones concretas: “Nos interesa entender que la tecnología no es un fin en sí mismo sino una herramienta para generar logros”.
Acompañó al rector en la presentación el intendente de la ciudad de Junín, Pablo Petrecca, quien resaltó: “Resulta muy interesante este proyecto en el cual empresas, universidades y sectores de la sociedad puedan, a través de la tecnología, prevenir a través de alertas frente a determinadas situaciones climáticas adversas”.
Del propósito participan además de la UNNOBA, la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), la empresa Bereco (dirección y coordinación) y la empresa Tecmes, Inteligencia Ambiental (en la aplicación de tecnología para el diseño e implementación de redes). Con todos estos actores se pretende “construir una alianza entre el conocimiento, la gestión privada y la sociedad”. El proyecto es financiado por el Ministerio de Ciencia y Técnica en el marco del programa FONARSEC FITS (Fondo Argentino Sectorial) Medio Ambiente y Cambio Climático.
Presentación del proyecto
Por parte de la empresa Bereco, Sabrina Couvin explicó el alcance del proyecto: “En este contexto de recurrentes eventos extremos que impactan en la calidad de vida de los habitantes, lo que buscamos es tanto modificar como mitigar esos impactos en la cuenca del salado”. “Las variaciones climáticas, las recurrentes inundaciones y las sequías generan tanto pérdidas productivas como daños ambientales y sociales. Se apunta entonces a crear mecanismos para monitorear y detectar tempranamente fenómenos extremos que puedan alertar a la población frente a situaciones climáticas críticas”, contó Couvin y aclaró que el proyecto desarrollará un sistema que pueda transformar progresivamente a la Cuenca Alta del Río Salado en un “Territorio Inteligente”, capaz de mejorar el bienestar de los habitantes de la zona.
Por la empresa TECME Remo Cobbem contó que están próximos a comenzar a definir los sectores que empezarán a analizar para diseñar la red hidrometereológica. “Nuestra participación en este proyecto consta en la construcción e implementación de una red hidrometereológica en el ámbito de la cuenca”, especificó.
En representación de la UNNOBA, Jerónimo Ainchil explicó el trabajo que realizó la Universidad hasta el momento y la tarea que tendrá en un futuro. “Entre todos tenemos que definir cuáles son las preguntas que queremos realizar en relación a la aplicación del proyecto. La UNNOBA será la encargada de coordinar este aspecto”, dijo Ainchil. Además enfatizó que este proyecto se plantea generar un sistema accesible que permita a la sociedad tomar decisiones "blandas", es decir, decisiones de todo tipo frente a situaciones adversas.
Características de la cuenca
La cuenca del Río Salado es una de las más extensas del país con 170.000 kilómetros, por lo que ocupa la mitad de la provincia de Buenos Aires. Además, es una de las más pobladas (1.300.000 personas) y productivas (la producción agropecuaria de la cuenca representa el 25% de la producción nacional). En ella las variaciones climáticas, caracterizadas por presentar en forma periódica y recurrente inundaciones y sequías, están generando cada vez con mayor frecuencia importantes pérdidas en los sistemas productivos (que se traducen en menos competitividad), así como daños ambientales y sociales que deterioran la calidad de vida de la población que habita en la cuenca (más vulnerabilidad).
Los recientes avances tecnológicos sumados a las bases sentadas por el Plan del Salado permiten pensar en una nueva forma de gestión de la cuenca a fin de contar con una herramienta tecnológica orientada a mitigar el riesgo asociado, disminuir la vulnerabilidad y aumentar la competitividad.